Juan Carlos Ferrando: "Hay pocas probabilidades de que se dé un caso de ébola en Aragón"

El responsable médico explica los pasos que se están dando en el centro hospitalario zaragozano para afrontar la alerta de la enfermedad

El doctor Juan Carlos Ferrando, en una de las habitaciones del hospital Royo Villanova para tratar el ébola.
Juan Carlos Ferrando: "Hay pocas probabilidades de que se dé un caso de ébola en Aragón"
J. Miguel Marco

¿Qué probabilidades hay de que se registre un caso de ébola en Aragón?

A priori, muy pocas: ni en Aragón ni en el resto de España. Únicamente, podría darse algún caso en personas que provengan de alguno de los países africanos en los que la enfermedad se está transmitiendo o en un ciudadano español que pudiera contraer la enfermedad tras viajar a esa zona o por estar en estrecho contacto con alguien de allí que haya resultado infectado por el virus. Pero incluso en esos casos, Salud Pública detectaría rápidamente a esa persona y a sus contactos. Aquí, un caso creo que sería raro, poco frecuente, pero podría pasar.


Lo ocurrido en Madrid con la auxiliar de enfermería ha desatado la psicosis. ¿Es fácil contagiarse con el virus de ébola?

El ébola se contagia por los fluidos corporales (lágrimas, saliva, semen, orina, heces, sudor...), las secreciones de la persona infectada son las que llevan el virus. La piel tiene múltiples lesiones, erosiones, y es fácil que si uno toca el sudor, la orina o la saliva de un enfermo pueda contagiarse, pero hay que tener en cuenta que el enfermo solo puede contagiar después de tener los síntomas de la enfermedad (fiebre alta, dolor de cabeza, cansancio, dolor abdominal...) y estos aparecen a los 21 días (aproximadamente) del contagio. Durante los primeros días de la enfermedad puede contagiar muy poco; el peligro aumenta cuando la enfermedad está avanzada porque el virus de ébola se replica (se reproduce) en nuestro organismo. Por eso se dice que el riesgo de contagio no es muy alto, ya que cuando existe más peligro es cuando la enfermedad está avanzada, que es cuando el enfermo está ya detectado y aislado.


¿Por qué se ha elegido al Royo Villanova como hospital de referencia en Aragón para centralizar posibles casos de ebola?

Por varias razones. El criterio de que haya un hospital de referencia es lógico. Nosotros contamos con unas habitaciones preparadas (son estancas, con doble cámara y presión negativa) y con una unidad de infecciosos dentro del servicio de Medicina Interna que entiende de esto: ya ha soportado la epidemia de gripe A y la de gripe aviar. Por otro lado, el personal está sensibilizado y tiene práctica en este tipo de enfermedades. Asimismo, si se dieran varios casos sospechosos de ébola o hubiera que aislar a gente (como está ocurriendo ahora en Madrid) y fuera necesario desalojar parte del hospital, sería más fácil hacerlo en un centro como el nuestro que en un hospital grande.


Se ha decidido también formar a un grupo especial (de 27 personas) para que sea el núcleo básico que se encargue de atender los posibles casos de ébola.

Sí. La OMS(Organización Mundial de la Salud) recomienda que cuantas menos personas tengan contacto con el paciente infectado de ébola, mejor. Por otra parte, es más fácil adiestrar a un grupo en el manejo de las medidas de contención.


¿Está el personal del Royo Villanova preparado para afrontar esta situación?

En cuanto a conocimientos y desde el punto de vista científico está muy preparado. El protocolo de actuación también lo conocemos –pese a que está cambiando cada muy pocos días porque se va adaptando y ajustando a las circunstancias y a lo que vamos conociendo–. En lo que ahora estamos trabajando mucho es en el entrenamiento porque no basta con conocer el equipo de protección individual (EPI), hay que entrenar, adiestrarse en ponerse y quitarse el traje. 


La manipulación del traje, ¿es tan difícil como parece?

Es complicada, sí. Por eso hay que repetir el proceso una y mil veces. Y hay que poner a otra persona para que te ayude, te guíe y supervise que lo haces en el orden correcto. El momento más peligroso es la retirada del traje que nos aísla del paciente con ébola y esto tiene que hacerse muchas veces para que se haga sin problemas. Porque hace falta destreza, que se consigue con un entrenamiento exhaustivo; es la única defensa que tenemos: el adiestramiento. Por otra parte, hay que tener en cuenta que este proceso de quitarse el equipo es muy lento (se puede tardar alrededor de 40 minutos), y que no se puede aguantar durante mucho tiempo con el traje puesto; es difícil que se pueda estar con él, dentro de la habitación, mas allá de 30 minutos. 


¿Cuánto tiempo van a dedicar al entrenamiento de este equipo?

Desde que nos nombraron hospital de referencia, en agosto, se han organizado talleres para enseñar al personal a ponerse y quitarse el traje. Se han estado ofreciendo prácticamente todos los días para que fuera a entrenar el que quisiera. Tras lo ocurrido ahora en Madrid, esto se ha potenciado desde el Ministerio y las comunidades y se han dado medios para reforzar la formación. En el caso del Royo Villanova se va a contratar personal para sustituir a las enfermeras, auxiliares y médicos que se van a hacer cargo de esta unidad especial, para que ellos puedan dedicar todas las horas necesarias a practicar con los equipos. Es decir, serán liberados de sus tareas habituales y sustituidos por personal contratado.


¿Se ha pensado en la posibilidad de contratar personal sanitario para atender los casos de ébola, como parece que están barajando en Madrid?

No, nosotros no contemplamos esa posibilidad. Las contrataciones que vamos a realizar (alguna se ha hecho ya) son para sustituir en las tareas hospitalarias habituales a los sanitarios que forman parte del equipo del ébola, para que ellos puedan quedar liberados y se dediquen a formarse.


Parece que la selección de ese equipo no ha caído a todos bien. Hay gente muy preocupada y asustada, ¿podría haber alguien que se negara a atender un supuesto caso de ébola?

Se intentó que los miembros de ese equipo fueran voluntarios (los médicos de la unidad y alguna persona más lo son), pero a la mayoría hubo que seleccionarlos. Algunos se resisten por miedo, miedo lógico porque el ébola es una enfermedad con una tasa de mortalidad muy alta y el temor es lógico. Pero yo creo que el miedo solo se supera con profesionalidad y medios porque alguien tiene que tratar a estos enfermos (si es que se dan). Quizá parezca una tontería decir esto, pero nosotros somos sanitarios y tenemos el deber de tratar a estos enfermos, de igual forma que los bomberos tienen que apagar el fuego y también tiene peligro. Tenemos que inculcar que con medidas de protección, entrenamiento, destreza y profesionalidad se debe vencer el miedo. Pero el temor existe, lógicamente.


Pero hay que hacerlo con las máximas garantías...

Eso es así de claro. Sin medios de protección totales como está estipulado en el protocolo no va a entrar nadie: primero, por la persona misma y segundo, porque puede convertirse en transmisora de la enfermedad. Si alguien no tiene los medios de protección adecuados, bien porque no existan o porque se hayan terminado, tiene derecho a pedirlos a quien se los tiene que dar. El médico tiene que entrar a ver al paciente y por encima de él hay un director o un gerente que tiene la obligación de darle la ropa de protección que necesita.