El juez de la Operación Molinos se quita 600 kilos de encima

El magistrado que durante seis años ha investigado la trama urbanística de La Muela, Alfredo Lajusticia, encabezó la comitiva especial que ayer trasladó los 240 tomos de la causa a la Audiencia de Zaragoza

La Sección Primera de la Audiencia Provincial decidirá la próxima semana quién será el magistrado ponente de la Operación Molinos. A él le corresponderá estudiarse los miles y miles de folios que ayer viajaron de La Almunia a Zaragoza.
El juez de la Operación Molinos se quita 600 kilos de encima
Heraldo

Casi seis años de trabajo reflejados en más de media tonelada de papel y decenas y decenas de horas de grabaciones. Son solo unas cifras, pero constituyen la tarjeta de presentación de la causa judicial más larga y compleja de cuantas se han instruido hasta la fecha en Aragón. La Operación Molinos, que así bautizó la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) de la Policía Nacional a la presunta trama de corrupción urbanística de La Muela, ha dejado de ser un quebradero de cabeza para el titular del Juzgado de Instrucción número 1 de La Almunia. De hecho, él mismo decidió encabezar la comitiva que se trasladó ayer a la capital aragonesa para entregar los 240 tomos de diligencias en la Audiencia Provincial.


A partir de ahora, la Sección Primera se convierte en la custodia de todo el expediente, incluido el contenido de la caja fuerte en la que se depositaron las joyas intervenidas en diferentes registros, así como del casi millón de euros incautado en metálico a los principales encausados. Una delicada herencia que habrá que gestionar con diligencia, ya que aún restan muchos meses para que los 41 acusados se sienten en el banquillo. Tanto es así, que ni siquiera se conoce dónde se ubicará dicho banquillo.


Como informó HERALDO, todo estaba dispuesto desde hace algunas semanas para que los miles y miles de folios de la Operación Molinos hicieran el viaje desde la capital de Valdejalón a la calle de Galo Ponte, sede de la Audiencia de Zaragoza. Sin embargo, hubo algún cambio de última hora y, aunque se había dispuesto que la Guardia Civil escoltara el vehículo que transportaba las cajas, la secretaria judicial de La Almunia consideró al final que no era necesario. Eso sí, a cambio, ella misma acompañó al juez instructor para hacer la entrega oficial del envío.


La empresa encargada de hacer el porte tenía todo el material cargado a las 8.30, por lo que la causa entró en el parquin de la Audiencia apenas tres cuartos de hora después. Desde allí, los operarios subieron las cajas hasta el despacho que se ha habilitado en la segunda planta del edificio para almacenar los documentos hasta el día que se celebre la vista oral. Dado el volumen del expediente, la Consejería de Justicia ha tenido que proveer de más armarios a los nuevos custodios. Sin embargo, parece que no serán suficientes y ya se han pedido más estanterías.


Concluido el trabajo del juez instructor, ahora les toca reunirse a los cuatro magistrados de la Sección Primera de la Audiencia para decidir quién será el ponente de este complejo caso. Parece que la decisión podría adoptarse a comienzos de la próxima semana, momento en el que el juez elegido comenzará a estudiarse los 600 kilos de papel para empezar a resolver el posterior papeleo. Porque a las acusaciones y, sobre todo a las defensas, todavía les queda tiempo para pedir nuevas pruebas. Dado que la instrucción se ha extendido durante casi seis años, no deberían de quedar muchos flecos sueltos. Sin embargo, las partes aún querrán apurar sus posibilidades y estarán habilitadas para proponer nuevas pruebas siempre que estas no hayan sido denegadas antes por el juez instructor de La Almunia y se ajusten a las exigencias.


La exalcaldesa de La Muela, María Victoria Pinilla, su ex marido y los tres hijos de ambos encabezan la larga lista de imputados de este proceso, que, paradójicamente, formalmente es un procedimiento abreviado. De hecho, será un tribunal profesional y no un jurado el encargado de juzgar a la familia Pinilla Embarba y al resto de acusados. Lo que se ignora todavía es la fecha del juicio, que durará más de un mes y que puede que no se celebre hasta dentro de un año.