Las bicicletas también ruedan fuera de la ciudad

Aragón es la comunidad con más marchas cicloturistas, con once pruebas a lo largo del año.

Dos ciclistas en la Quebrantahuesos en Sabiñánigo
Las bicicletas también ruedan fuera de la ciudad

Una bicicleta, ropa cómoda y ganas de pasarlo bien. Es lo que se necesita para disfrutar del paisaje aragonés practicando ciclismo.


Aragón es la comunidad con más marchas cicloturistas, con un total de 11, según el calendario de la Real Federación de Ciclismo. Para el presidente de la Comisión Nacional de Ciclismo para Todos, Roberto Iglesias, esto muestra la importancia que tiene este deporte en la comunidad. "Además, cuenta con la prueba con más participante de toda España, que es la Quebrantahuesos, con más de 11.000 participantes", indica Iglesias, que también es vicepresidente de la Peña Ciclista Edelweiss, una de las organizadoras del evento. La marcha Puertos de Ribagorza, con más de 2.000, es otra de las que cuenta con una mayor afluencia del país.


Este sábado se ha celebrado la última prueba del calendario aragonés, con la marcha del Papa Luna, en Illueca. Cientos de personas se han reunido para recorrer todos juntos la zona. "La idea es disfrutar con la familia, grupos de amigos o dentro de un club, nada competitivo", explican. A diferencia de la Quebrantahuesos, en la que la velocidad es libre, aquí el pelotón se mantiene unido prácticamente en todo momento. Además de Illueca, visitan otras localidades de la zona, como Calcena y Chodes, donde realizan avituallamientos. 


En Aragón no hay estudios para conocer el impacto económico del ciclismo y el cicloturismo, que en toda España mueve más de 1,6 millones de euros al año, según los datos de la Federación Ciclista Europea. Sin embargo, para Roberto Iglesias es innegable. "Por ejemplo, a la Quebrantahuesos vienen personas de 40 países, que están durante varios días y que incluso se quedan a conocer la zona. No es solo el impacto directo, sino el indirecto que tiene como promoción", subraya.

Viajar en bicicleta

Las marchas cicloturistas no son la única fórmula para disfrutar de la bicicleta en el tiempo de ocio. Son muchos los aragoneses que deciden utilizarla para realizar una ruta con sus amigos o, incluso, llegar muy lejos. "Yo mismo acabo de volver de hacer el Camino de Santiago en BTT", indica Iglesias.


Un buen equipamiento es lo más importante para quien se anima por primera vez, además de las ganas de disfrutar de la experiencia. "A la Quebrantahuesos vienen con bicicletas de 4.000 o 6.000 euros, pero por 500 euros hay muy buenas bicicletas de montaña", asegura. Un culotte cómodo y un buen sillín también son imprescindibles si el viaje es largo.


Además, la comunidad cuenta con buenas vías para ir en bici. "Hay quien huye de las carreteras, pero con las autopistas y autovías hay carreteras comarcales y nacionales sin casi tráfico". A ellas se unen más de 8.000 kilómetros de caminos y 2.000 de sendas ciclables, según los datos del Gobierno de Aragón. 


Sin embargo, para Arturo Sancho, de la empresa La Ciclería, lo que falta es más proyección internacional de la infraestructra ya existente en la comunidad. "El problema es que culturalmente no se ha apostado por el cicloturismo como motor económico y falta apoyo para la internacionalización". 


Sancho subraya la necesidad de proyectar a otros países el potencial de la comunidad ya que "de los Pirineos para arriba el cicloturismo está muy desarrollado". Además, "sirve para desarrollar el emprendimiento local y asentar a la población", asegura. 


Lejos de la imagen de un turista 'low cost', Sancho asegura que este tipo de viajeros suelen tener un nivel económico "medio o alto" y "come en restaurantes, alquila bicis, utiliza servicios de transporte de equipaje... y genera un impacto económico importante".