Un chute de alegría y un mitin con aire electoral

Nadie entre las filas del PAR sabía muy bien ayer a qué se debía la convención en Teruel ni qué es lo que iba a decir el presidente del partido, José Ángel Biel. A la espera de que empezara el acto, los afiliados y simpatizantes –acudieron 350 personas– charlaban animadamente en la cafetería del Palacio de Congresos turolense y se hacían fotos con simpáticos cartelitos en defensa del medio rural, los municipios y las comarcas que a buen seguro colgarían después en su ‘facebook’. Para entretener al personal, dos prestidigitadores arrancaban sonrisas y gritos de admiración con sus trucos de cartas. 

"Esto es un chute de alegría, sin más", adivinó uno de los militantes. "Una vuelta al curso político tras el verano", opinó otro. No faltó nadie de los aragonesistas turolenses a la llamada del jefe, quien siempre ha creído tener en su provincia su mejor respaldo. Allí estaban, estrechando manos y repartiendo besos en las mejillas a troche y moche, concejales, diputados provinciales, parlamentarios y afiliados sin más. Biel respondió a  los suyos con un discurso de tintes electoralistas. En realidad, todo ayer recordaba la estética de las campañas previas a los comicios. Música triunfal a la entrada de los líderes y cuando estos suben al escenario, aplausos entre medio de sus discursos y el logo del PAR por todas partes.