Aragón, escuela de artistas

Música, danza o teatro son las tres alternativas por las que cada año se deciden cientos de aragoneses.

Alumnas del Conservatorio de Danza de Zaragoza
Aragón, escuela de artistas
Paulina Aleshkina

Aragón ofrece numerosas alternativas de estudio para todo aquel que sueñe con ser artista, y no son pocos. Este año cientos de aragoneses se han decidido a estudiar música, danza, teatro o arte en nuestra comunidad. Para el nuevo curso, más de 700 personas se han matriculado en los distintos centros públicos de la capital aragonesa, que han visto aumentar su demanda en los últimos años.


Sin duda, la oferta más completa es la musical. En Zaragoza hay tres conservatorios, el Superior de Música de Aragón, el Profesional de Música y el Municipal Elemental, ubicado junto a la Escuela Municipal de Música y Danza. El primero de ellos, uno de los más prestigiosos a nivel nacional, cuenta con un 25% de alumnado aragonés, una excepción con respecto al resto de centros, que, en muchos casos, requieren de estar empadronado en la capital aragonesa. "Actualmente somos el único centro aragonés que otorga un título oficial", afirma Agustín Charles, director del Conservatorio Superior, que este año ha recibido 80 alumnos nuevos. Una cifra "muy en la línea de ediciones anteriores". 


Este martes el Conservatorio Profesional de Música volvía a sonar. En su caso, aseguran que el número de matrículas presenta "un crecimiento exponencial en los últimos años". Tan solo este curso han recibido 540 solicitudes de acceso de las cuales 137 han logrado una plaza, 62 en enseñanzas Elementales y 75 en Profesionales. "Del total, tan solo 16 provienen de otras comunidades", asegura Fran Balsera, secretario del centro. "Todos los niños deberían tener estudios elementales de música. No conozco a nadie que haya estudiado música que no sea feliz ya que aporta muchas satisfacciones y valores a los niños que podrán extrapolar a otros ámbitos de su vida cotidiana", añade. 

En Aragón, también danza y teatro

En la calle Domingo Miral se ubican tres centros artísticos: la Escuela Municipal de Música y Danza, el Conservatorio Municipal Profesional de Danza, que arrancaba su actividad este martes, y la Escuela Municipal de Teatro, que comienza el día 29. "Hemos recibido más de 1.900 solicitudes de nuevo ingreso para 350 plazas divididas en tres departamentos: folclore, clásica y moderna", explica Chema Peralta, director de la Escuela de Música y Danza. Estas cifras suponen un aumento de solicitudes en casi 700 con respecto al año anterior. En este centro, el 90% del alumnado es aragonés. 


Para acceder hay dos tipos de pruebas, "un sorteo para aquellos que no tienen conocimiento previo, y una prueba de nivel para el resto", explica Peralta. En este centro se ofrece una educación musical no reglada a elegir entre multitud de disciplinas, desde rondalla, canto, bandurria o laúd a los predilectos piano y guitarra, en varios niveles: básico, medio y de ampliación. "Hay gente que considera que con saber leer música es suficiente. Hay alumnos que tienen la vida resuelta y deciden retomar un 'hobby' de la infancia", explica Peralta. 


Al Conservatorio Profesional de Danza se presentaron 120 personas para 40 plazas. "Se requieren diez años para ser bailarín profesional. Muy pocos llegan, apenas cinco alumnos al año", afirma Rafael Fernández, director del centro donde se imparten cursos de enseñanzas elementales y profesionales que asegura que la crisis ha fomentado una mayor demanda: "Los estudios privados son caros y existe un afán de formación para diferenciarse". 


La última en comenzar su actividad será la Escuela Municipal de Teatro, que este año recibe a 24 nuevos alumnos. "En total se presentaron 51 personas a las pruebas de selección, que consistían en preparar un par de textos, uno contemporáneo y otro clásico", asegura Ramón de Benito, director del centro. Esta cifra de preinscritos también es superior a convocatorias anteriores. "El 80% de los jóvenes que se presentan proceden de Aragón", añade. 

Los aragoneses lo tienen claro

A sus 20 años, Lucas Casanova tiene claro que quiere dedicarse al mundo de la interpretación, razón que le ha llevado a matricularse en la Escuela de Teatro este año. "Siempre he querido dedicarme a esta profesión. He estudiando dos años en un centro privado y seis con la carrera de música en la especialidad de instrumentos de púa en el conservatorio de Zaragoza", explica el joven.


Para Casanova, el apoyo de sus padres ha resultado clave a la hora de decantarse por la carrera artística. "Mi padre siempre me ha dicho que haga lo que me gusta, porque la única manera de triunfar en estos momentos es haciendo lo que te gusta de verdad", afirma. En cuanto a las salidas profesionales, sabe que no es fácil, pero no imposible: "Me gustaría vivir del escenario, pero no descarto dedicarme a la enseñanza", concluye. 


Hay otros jóvenes que han de salir de su tierra en busca de su preferencia. Es el caso de Dani Ferruz, que comenzó a estudiar piano con 7 años y se va a Barcelona para continuar su carrera en el Conservatori del Liceu, de carácter privado. "En Zaragoza no existe la especialidad de interpretación jazz, por lo que tuve que buscar alternativas". En su opinión, Zaragoza se encuentra muy por detrás de otras ciudades: "Para ser una ciudad como la que es, tendría que mejorar en cuanto a instalaciones y a educación", asegura. "Aunque sé que es difícil, me encantaría dedicarme a tocar, y me gustaría hacerlo en casa, pero de momento no hay muchas posibilidades y hace falta apoyo de las instituciones", concluye el joven.