"No nos fiamos del río"

Los alcaldes de la zona ven el problema con "preocupación", pese a que la mayor parte de los vecinos dice no beber del grifo

Fidel Botaya y su nieto, Sergi Lombarte, cogen agua de una cuba de los bomberos en Santa Eulalia.
"No nos fiamos del río"
R. Gobantes

Los primeros en dejar de consumir agua del Gállego fueron los cerca de cien vecinos de Ardisa, después de que el miércoles por la mañana el 112 y el departamento de Sanidad avisaran a la alcaldesa Ángeles Palacio (PAR) de que los niveles de lindano estaban "en el límite" por lo que les recomendaron no consumir agua del grifo "ni para beber ni para guisar". Tras informar a los vecinos, solicitaron a los bomberos de DPZ una cuba para poder abastecerse. La alcaldesa confía en que sea un incidente "pasajero", aunque reconoció que es un "aviso".


Por su parte, el alcalde de Santa Eulalia de Gállego, José Antonio Casaucau (PAR), explicó que ayer le comunicaron que tenían que "cerrar el grifo". El Ayuntamiento avisó a los vecinos (hay 120 habitantes censados) y solicitó un suministro alternativo a los bomberos de la DPZ. El alcalde calificó el problema de "serio y grave". Casaucau admitió estar "preocupado" por la presencia de lindano, "porque se lleva advirtiendo muchos años del peligro del vertedero de Sabiñánigo, aunque la respuesta siempre es la misma, que es seguro". Aseguró que desde hace tiempo muchos vecinos han dejado de usar el agua del río para beber y la compran embotellada "porque hay mucha desconfianza".


El corte del suministro llega en un fin de semana con una alta ocupación turística en Santa Eulalia. José Zapata, del hotel Alen d’Aragón, afirmó que suelen utilizar agua embotellada. "No nos fiamos del río", dice. Cree que la situación les va a afectar bastante "por la inseguridad que produce y por el miedo a que los clientes no se pongan nerviosos".


A última hora de la noche se acercaron varios vecinos para llenar agua del depósito instalado por los bomberos. Entre ellos estaba Sergi Lombarte, que se enteró de lo ocurrido al regresar de Huesca, donde trabaja. Fue a recoger agua para cocinar y aseguró que él no tenía ningún temor porque no usan nunca agua del río "para beber ni para nada más, la cogemos siempre de una fuente". 


La alarma saltó en otros municipios ribereños del Gállego, como Biscarrués. Tras conocer las restricciones de Santa Eulalia y Ardisa, su alcalde José Torralba (CHA) se puso en contacto ayer por la tarde con el departamento de Sanidad. "Me han asegurado que en los análisis de nuestra zona no ha salido nada, y se da la circunstancia de que no cogemos agua del río desde hace días, ya que cuando hay tormentas, cortamos la toma del depósito para no ensuciar el agua", afirmó.