ElBanco de España defiende su actuación y se desmarca de la crisis de la CAI

El inspector encargado de la supervisión de las cajas de 2008 a 2012 señala "a los administradores, directivos y a quienes los nombraron" como responsables del éxito y del fracaso de las entidades

El Banco de España, a través del que fuera jefe del departamento de inspección encargado de la supervisión de las cajas entre 2008 y 2012, Jerónimo Martínez Tello, ha rechazado que la actuación del ente supervisor fuera responsable, en alguna medida, de la crisis de Caja Inmaculada. 


En el escrito remitido a la comisión de investigación de las Cortes de Aragón, que analiza la gestión llevada a cabo en la caja de ahorros aragonesa desde 2000, el inspector del Banco de España apunta como responsables "del éxito y del fracaso de las cajas" a los administradores y a los máximos directivos de las mismas. Asimismo, opina que habría que "analizar el acierto de aquellos que los nombraron". Martínez Tello, que por razones de secreto profesional no se refiere en ningún momento a la situación concreta de la CAI, sí hace un amplio análisis de lo ocurrido en esos años de convulsión financiera y da algunas clave de cómo afectó a las cajas españolas, entre las que incluye a la aragonesa. 

El inspector del Banco de España recuerda que fueron los gestores los que "decidieron y ejecutaron las estrategias de la entidades", por lo que son ellos los responsables de su situación posterior.Competencias y limitaciones

En cuanto a la pregunta sobre cómo pudo influir (por acción o por omisión) la actuación del Banco de España, Martínez Tello recuerda que "la competencia sobre regulación bancaria está en manos del Gobierno y del Parlamento". Asimismo, y en el área de supervisión de las entidades (en la que sí tiene potestad para actuar), apunta que el Banco de España cumplió con sus obligaciones, pero recuerda que "no es el gestor de las entidades, ni el interventor de las cuentas y solo una mínima parte de las decisiones de las entidades requieren de autorización previa del Banco de España". El responsable del departamento de inspección de las cajas entre 2008 y 2012 explica también que el Banco de España no puede suplir la actuación de los consejos de administración o de las comisiones de control de las cajas. "Nosotros –dice– tenemos limitaciones: no somos omniscientes, no tenemos poderes ilimitados, ni podemos saltarnos los derechos de las empresas y de sus propietarios. El Banco de España –concluye– es un supervisor de la solvencia y de la normativa específica de las entidades de crédito; no es una brigada de delitos económicos, ni es la Fiscalía, la Judicatura o la inspección de Hacienda".


Dicho lo cual, Martínez Tello asegura que en relación al riesgo inmobiliario y a la estructura de financiación de las cajas, "el Banco de España empezó a enviar a las entidades, a partir de 2004, señales inequívocas de su preocupación mediante escritos de recomendación sobre la necesidad de reconducir los desequilibrios que se estaban registrando". Aunque también reconoce que estos escritos no fueron lo eficaces que se esperaba, "ya que la persuasión supervisora, en esta fase de euforia desmedida, no fue demasiado eficiente" porque los gestores pensaban que "sus carteras de préstamos eran oro en paño y que el supervisor estaba equivocado". "Tengo que decirles –confiesa el inspector– que no es nada fácil arbitrar medidas para ralentizar el crecimiento en momentos de euforia".


En resumen, el responsable del Banco de España reitera que no se podía requerir, con carácter general, "la paralización de la asunció n de riesgos puesto que el Banco no tenía competencias para ello y su capacidad para obligar a tomar determinadas medidas era muy limitada, máxime cuando los fundamentos de las entidades y las previsiones económicas no permitían justificar ese tipo de decisiones".