Fraga y María de Huerva rechazan déficit en sus cuentas

Ambas localidades alegan que la rigidez de la Ley de Estabilidad Presupuestaria  no ofrece una imagen real de la situación financiera de los ayuntamientos

Las localidades aragonesas de María de Huerva (Zaragoza) y Fraga (Huesca) mostraron ayer su malestar por los datos que ofrece el Ministerio de Hacienda relativos a la liquidación presupuestaria de 2013. Según estos datos, ambos ayuntamientos habrían registrado el año pasado un desfase en sus cuentas públicas de 1,2 millones de euros (en el caso de María de Huerva) y de 1,1 millones (en el caso de Fraga). Estos desvíos contables no reflejan, sin embargo, la verdadera situación económico-financiera de ambos municipios.


Mar Vaquero, alcaldesa de María de Huerva, explicó ayer que su Ayuntamiento no solo no tuvo déficit el año pasado, "sino que finalizamos el ejercicio con un saldo positivo de 263.427,04 euros. Si a este resultado le añadimos el ahorro acumulado de otros años, nos da un remanente de Tesorería de 643.456,59 euros". La discrepancia con Hacienda se debe –explicó la alcaldesa– a los capítulos de gastos e ingresos que el Ministerio tiene en cuenta para comprobar si una entidad local ha cumplido o no con el objetivo de estabilidad presupuestaria. 


En el caso de María, lo que ‘desajustó’, desde el punto de vista formal, su presupuesto fue una encomienda de gestión de la DGA para la construcción del colegio Val de La Atalaya, una obra que fue asumida por el Ayuntamiento, que adelantó 1,6 millones de euros para su financiación. Posteriormente, este dinero fue restituido a las arcas municipales por la DPZ, pero "como el ingreso no era un recurso propio sino que nos llegó, de forma extraordinaria, de otra administración –explicó Vaquero– se computó en el capítulo 9 de los presupuestos y el Ministerio no lo tuvo en cuenta" Para elaborar la liquidación presupuestaria anual, Hacienda se fija en los ingresos y gastos ordinarios (del capítulo 1 al 7), por lo que en este caso concreto, Hacienda contabilizó el gasto, pero no el ingreso.


El caso de Fraga es similar. Santiago Escándil, alcalde de la localidad oscense, explicó ayer que el "desvío presupuestario" que les ha computado Hacienda se debe a que en 2013 echaron mano de sus remanentes (ahorros) de Tesorería para hacer una serie de obras en el municipio. Escándil aseguró que el de Fraga "es uno de los ayuntamientos más saneados" y que cuentan con un colchón financiero de 6 o 7 millones de euros. "Sin embargo – se quejó–, el Ministerio computa como gasto la incorporación al presupuesto de remanentes y solo cuenta como ingresos los que son ordinarios y obtenidos durante ese ejercicio. Por lo que el desequilibrio que arrojan las cuentas no es real". El alcalde oscense entiende que este proceder "castiga a los ayuntamientos que han hecho una buena gestión y logran obtener remanentes". Al mismo tiempo, criticó la rigidez de la Ley de Estabilidad Presupuestaria "porque te impide utilizar unos recursos que son del ayuntamiento. Es injusto, sobre todo cuando tienes necesidades de inversión".