«Julio es siempre el peor mes del año en el sur de Teruel, pero en agosto tenemos la posada llena»

David Gómez :  el gerente de la casa rural del pelaire en gea de albarracín asegura que, al igual que el verano pasado, hace un mes y medio que consiguió completar todas las reservas

David Gómez –a la izquierda– despidiendo a algunos de sus clientes a las puertas de la casa rural.
«Julio es siempre el peor mes del año en el sur de Teruel, pero en agosto tenemos la posada llena»
J. Escudero

Cuando hace cinco años, en plena crisis económica, David Gómez decidió abrir una casa rural en Gea de Albarracín, no podía imaginar que iba a alcanzar 2014 arrojando buenos resultados. Precisamente, este año ha colgado el cartel de completo cerca de un mes y medio antes de la llegada del mes de agosto, rondando el 100% de ocupación para estas fechas. «Salvo dos días sueltos en los que tengo la casa vacía, de aquí al día 31 está todo lleno», asegura el gerente de la posada del Pelaire. «A veces pienso que parece que me hayan tocado con una varita mágica porque la verdad es que no me puedo quejar», añade. 


Los datos positivos de agosto ayudan a compensar un poco las pérdidas del mes de julio, uno de los más flojos de la temporada para los hosteleros de la Comarca de la Sierra de Albarracín. «Me atrevería a decir incluso que son las peores fechas de todo el año para nosotros», apunta Gómez. De hecho, el empresario turolense tan solo registró un 30% de ocupación en su establecimiento, una cifra muy similar a la del año anterior. «Solemos funcionar mucho mejor en primavera, otoño e invierno que en todo julio», remarca. Por este motivo y para paliar esta situación, de cara a 2015 intentará alquilar habitaciones sueltas en esas fechas en lugar de la casa completa, donde se pueden alojar grupos de más de 12 personas. 


Comparando estos resultados con los de la temporada estival de 2013, Gómez concluye que los ingresos y las tasas de ocupación fueron iguales o muy similares a la de veranos anteriores. «Si que es cierto que en agosto del año pasado tuve la casa vacía una semana, pero hice más o menos la misma caja», matiza. Además, el gerente del Pelaire destaca que consigue completar las reservas de la posada casi todos los fines de semana del año, aunque también se muestra cauto, ya que espera al balance de final de año para hacer una valoración definitiva. 


A pesar de esto, la situación en esta zona de la provincia turolense es complicada. Un hecho que se pone de manifiesto en las reuniones de la Asociación de Viviendas de Turismo Rural de la Sierra de Albarracín, donde, según reconoce el empresario de Gea, los hosteleros están «hechos polvo» porque no consiguen llenar sus establecimientos. Grupos de amigos y familias

El tipo de turista que suele decantarse por el turismo rural en Teruel está compuesto por grupos de amigos numerosos que viajan con hijos o familias de grandes dimensiones. La independencia que aporta esta clase de viviendas y unos precios económicos son algunos de los puntos a favor para los clientes. También valoran la flexibilidad de horarios a la hora de fijar la entrada y la salida del establecimiento. 


«Cuando vas con niños es la opción más sencilla, además paseando por el monte es donde mejor se lo pasan», explica Domingo Cachuto, que ha decidido viajar a Gea desde Valencia junto a dos familias de Tenerife y de Motilla del Palancar (Cuenca). Para Cachuto, la tranquilidad y la naturaleza son los principales factores a tener en cuenta a la hora de decantarse por el turismo rural, una opción que prefiere al típico hotel de sol y playa. «Ya conocíamos Albarracín, pero solo de pasada, y esta vez queríamos estar más tiempo por la zona», añade el valenciano. 


Gea de Albarracín atrae gran parte del turismo que se acerca a la sierra, ya que se trata de un punto estratégico situado a 13 kilómetros de Albarracín y a 24 de Teruel. Los turistas suelen visitar los pinares de Rodeno, el casco histórico de Albarracín, Dinópolis o el acueducto romano de Gea. Además, esta localidad, con una población de unos 400 habitantes, cuenta con alrededor de 200 plazas de alojamiento, repartidas en ocho casas de turismo rural, cuatro viviendas de apartamentos, un hotel y un hostal.