Un filólogo de la UZ defiende que las lenguas del Aragón Oriental son catalán

Javier Giralt ha confiado en la supervivencia de estas variedades catalanas propias de estas zonas de Aragón.

El profesor de Filología Catalana en la Universidad de Zaragoza, Javier Giralt, ha defendido el uso del catalán en el Aragón Oriental, que ha suscitado polémica debido a que algunos sectores las califican de variedades propias similares a la lengua aragonesa hablada en los valles pirenaicos.


Así, Giralt ha manifestado que estos sectores "rehuyen" que tanto el aragonés como el catalán fueron las lenguas utilizadas por la cancillería de la Corona de Aragón durante toda la Edad Media, llegando a la uniformización en los siglos XIV y XV, cuando son desplazadas por el castellano.


Por otro lado, ha confiado en la supervivencia de estas variedades catalanas propias de estas zonas de Aragón.


"Si ha resistido hasta ahora, resistirá", ha dicho, aunque ha matizado que "donde se ha perdido toda la esperanza es en la zona de transición" -entre las áreas catalano y castellanoparlantes-, así como en los núcleos más pequeños de la Ribagorza.


Sin embargo, el filólogo se ha mostrado optimista de que "si la gente sigue hablando catalán en la calle" y se enseña en la escuela y hay "más voluntad" de mantenerlo "pervivirá".


Estas declaraciones se enmarcan en la conferencia que ha ofrecido Giralt en la Facultad de Ciencias Sociales y del Trabajo de la Universidad de Zaragoza, dentro de un ciclo sobre la diversidad lingüística en Aragón y, concretamente, en una charla sobre "el catalán en los documentos históricos aragoneses".


Para apoyar su tesis de la catalanidad de las lenguas habladas en el Aragón Oriental, ha usado un texto del escritor y humanista tortosino Cristòfor Despuig, quien ya en el siglo XVI decía que en esta zona ya no quedaban rastros del aragonés y que el habla del pueblo era catalana.


Según ha relatado el profesor, la inmersión lingüística del catalán en Aragón comenzó en la Alta Ribagorza por influencia del vecino condado de Urgell.


Allí la romanización fue más profunda y propició la supervivencia del latín vulgar hasta el siglo XII, lo que dio lugar a un mayor cruce entre las lenguas catalana y aragonesa, de ahí ciertas influencias y rasgos propios en las variedades ribagorzanas.


En el resto de las zonas oscense y zaragozana, que incluye partes de la Baja Ribagorza, La Litera, el Bajo Cinca, el Bajo Aragón zaragozano o la comarca del Matarraña, en Teruel, esta introducción de la lengua habría venido dada por la reconquista y la repoblación posterior, en un primer momento íntegramente por catalanes y posteriormente también por aragoneses, muchos de ellos ribagorzanos, por lo que estas hablas tienen muchas similitudes con las más septentrionales.


En cuanto a los primeros testimonios escritos en catalán en la zona, estos aparecieron en la Alta Ribagorza y continuaron surgiendo textos en todo el Aragón Oriental hasta el siglo XVII, en una lengua que aún era "muy uniforme", así que no se podría hablar todavía de "variedades dialectales", en palabras de Giralt.


Otros testimonios de esta presencia de la lengua catalana en la zona vendrían ejemplificados por el Libro de Privilegio de Fraga y sus aldeas (siglos XIII y XIV), íntegramente en catalán, o como algunos pleitos están transcritos de forma bilingüe -aragonés y catalán- o, directamente, introduciendo gran cantidad de palabras propias aragonesas en el texto en catalán.


Con la llegada de los siglos XV y XVI se impone el castellano en la administración en todo el territorio que comprendía el Reino de Aragón y empieza a "arrinconar" a ambas lenguas, lo que también "hace mella en la uniformidad", lo que podría propiciar ya la aparición de más rasgos dialectales, según el profesor Giralt.