La receta electrónica consigue reducir un 5% las consultas de Atención Primaria

El Departamento de Sanidad estima que gracias al nuevo sistema se ha producido un descenso de más de 500.000 visitas.
Los facultativos destacan las ventajas de esta nueva prescripción, aunque reconocen que hay cuestiones técnicas por mejorar

«Si todo va bien, no será necesario que vuelva a visitarme por un tiempo. Le prescribo la medicación para el próximo año». Con la implantación de la receta electrónica, este tipo de pauta médica se oye cada vez con más frecuencia en los centros de salud de la Comunidad aragonesa. Aunque continúan con gran demanda asistencial, los médicos de Familia reconocen que la frecuentación a las consultas de los enfermos crónicos o pensionistas se ha reducido y las cifras oficiales confirman esta percepción. Sanidad estima que gracias a la puesta en marcha de la prescripción electrónica ha habido un descenso de un 5% de consultas (lo que en cifras absolutas supone  527.000 menos).


Aunque la disminución ha sido significativa en las visitas a los médicos de cabecera, la reducción también se ha dejado notar en las consultas de enfermería. «Esto ha podido beneficiar y se ha podido aprovechar para un aumento de las consultas de atención a domicilio –se han incrementado un 5,29%–», apuntaron desde la dirección de Atención Primaria del Departamento de Sanidad, que hicieron hincapié, sin embargo, en que el número de usuarios se mantiene estable (en torno a 1,1 millones) en los últimos años.

   

Desde que a finales de 2011 comenzaron las primeras pruebas piloto, la receta electrónica se ha extendido poco a poco hasta llegar a cubrir en estos momentos gran parte del territorio aragonés. Esta sustituye a la prescripción en papel y permite que el médico introduzca la medicación en el sistema por un tiempo determinado (hasta un año) y que el paciente la pueda retirar directamente en la farmacia sin necesidad de pasar otra vez por la consulta. De hecho, nueve de cada diez recetas que llegan a las boticas son ya en el nuevo formato. 


Aunque siguen teniendo una gran presión asistencial, algunos de los médicos consultados aseguran que no solo se ha notado una disminución de los pacientes en las consultas sino que este sistema ha permitido una mejor organización de la medicación. «Llegó un momento en el que había gente que contaba en sus casas con fármacos en exceso. Esto permite llevar un control», asegura la vicepresidenta del Colegio de Médicos de Zaragoza, Belén Lomba. Ella, como médico de Familia de un centro de salud de la margen izquierda de Zaragoza, reconoce que la frecuentación de algunos pacientes se ha reducido, aunque asegura que depende de los cupos y del tipo de población de cada facultativo. 


Desde los miembros de la junta directiva de la Sociedad de Medicina Familiar y Comunitaria en Aragón (Samfyc), las opiniones son muy diversas. Sí que coinciden en que se ha reducido la cuestión administrativa y la consulta se centra ahora más en las atenciones clínicas. Por ello,  según precisan, se consigue o se conseguirá disminuir el tiempo de espera de quien necesita realmente una asistencia médica. Sin embargo, también ponen en evidencia que todavía son bastantes los pacientes que acuden a las consultas por dudas o problemas técnicos de la receta electrónica. «Directamente, por ejemplo, las prescripciones que hacemos se caducan no se sabe por qué o los ciudadanos no las retiran a tiempo en las farmacias y tienen que volver», señalaron desde Samfyc. 

Por su parte, el sindicato de Atención Primaria (Cesm-Fasamet) reconoce una reducción de la frecuentación, pero también está de acuerdo con el resto de sus compañeros en que hay muchas «cuestiones administrativas mejorables». «Por ejemplo, bastantes de las renovaciones podrían hacerse desde enfermería sin tener que pasar por el médico», aseguró Leandro Catalán, portavoz de este sindicato. 


Los que ven desde otra perspectiva este proceso son los farmacéuticos. Ellos han incrementado significativamente su trabajo. «Lógicamente ha habido un aumento, pero la receta electrónica es tremendamente positiva», apuntó el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Zaragoza, Ramón Jordán. Entre los aspectos a destacar, el responsable del órgano colegial recuerda que se les permite interactuar con el paciente y llevar un control más exacto de la adherencia del enfermo a la medicación recetada. 

Aunque el balance «es más que positivo», reconoció que las oficinas han tenido que hacer frente a algún contratiempo con el sistema. «Depende de la tecnología, y puede suponer que en algún momento se caiga. Pero en ningún caso, el paciente se queda sin su medicación», apostilló Jordán.