Diez manantiales aragoneses que proporcionan salud

Decenas de manantiales y fuentes surgen de las tierras aragonesas con mil y un propiedades terapéuticas.

Balneario de Panticosa
Diez manantiales aragoneses que proporcionan salud

A largo de los siglos los aragoneses han ido aprovechando las propiedades de la tierra y del entorno para combatir muchos de sus males. A día de hoy, esos recursos medicinales y naturales siguen existiendo aunque algo más olvidados. Pequeñas y resquebrajadas fuentes que a las que se les atribuyen propiedadades para aliviar enfermedades tales como el estreñimiento, los problemas renales, los problemas respiratorios, la obesidad o las alergias.


La causa:  las aguas que surgen del valle del Ebro están muy mineralizadas y cuentan con grandes cantidades de sulfatos y carbonatos. En Aragón hay abundantes fuentes mineromedicinales, si bien hay que tener precaución porque algunos manantiales contienen gérmenes patógenos. 

Paracuellos de Jiloca


La Comunidad de Calatayud ha sabido aprovechar las propiedades de sus aguas instalando novedosos sistemas en sus balnearios. La Comarca en la que se encuentran los municipios de Jaraba, Alhama de Aragón o Paracuellos cuenta con grandes manantiales subterráneos. Paracuellos, en concreto, se caracteriza por sus aguas sulfurosas científicamente consideradas unas de las que más beneficios terapéuticos aportan y que ha servido durante años para tratar afecciones de la piel o problemas respiratorios, del aparato locomotor o circulatorio. También posee propiedades bactericidas y ayuda a facilitar la digestión.

Santa Fe

En el barrio de Santa Fe en Zaragoza se halla una fuente de "agua, salud y riqueza". Sus aguas sulfatadas de sodio-magnésico, reúnen propiedades medicinales para los problemas de hígado, el reumatismo, el estreñimiento, la obesidad, la piel, el riñón, el estómago y las hemorroides. Por ello, a principios del Siglo XX un zaragozano, Bernando Fita decidió comenzar a comercializarla embotellada. En todas las farmacias de Zaragoza se vendía este agua 'milagrosa' bajo el nombre de Agua Fita.

Tiermas


Del esplendor que lucía el balneario de Tiermas en los primeros años del siglo XX no queda nada más que algunas ruinas y las propiedades de sus aguas. De ellas todavía disfrutan muchos de septiembre a octubre, cuando bajan las aguas del pantano de Yesa. Sus aguas sulfurosas carbo-gaseosas y radiactivas son buenas para combatir enfermedades cardiovasculares, alteraciones respiratorias, nerviosas e incluso ginecológicas. Además de otras más conocidas como reumatismo, rinitis, sinusitis y obesidad.


De la tierra mana un chorro de agua arcillosa a más de 30 grados, por ello muchos visitantes cubren su cuerpo con el barro de las termas. Y lo mejor de todo es que se puede disfrutar de forma gratuita.

Alhama de Aragón

Alhama ha sido desde hace cientos de años uno de los grandes centros de la medicina natural. Sus balnearios son el motor económico de la región y sus propiedades fueron explotadas por romanos y árabes. Los acuíferos de los que manan las preciadas aguas pertenecen a la época Jurásica inferior y al Cretácico superior. Hasta allí han viajado gentes de toda España para combatir males como el reumatismo, la artrosis, los problemas bronquiales y las alergias. Todo ello gracias al sulfato y bicarbonato de sus aguas. Su fuente más famosa es la del Chorrillo pero si hay un atractivo es, sin duda, el lago del Termas Pallarés.

El Baño

El río Huerva da lugar a un pequeño rincón conocido como El Baño en la localidad de Villanueva de Huerva, en la comarca Campo de Cariñena. De la tierra brota una fuente con agua medicinal recomendada para la gente que sufre de riñón. Consta en los escritos que el médico de Cámara del rey Carlos III, Manuel de Lay Anzano, ya hablaba en el siglo XVIII de las propiedades de estas aguas.


La fuente se ubica a orillas del Huerva, en un paraje tranquilo al que se puede acceder siguiendo la Foz de Los Calderones.

Jaraba 

Las aguas de Jaraba son de mineralización media, con predominio de bicarbonatos, sulfatos, calcio y magnesio. Todo ello implica un sinfín de propiedades naturales indicadas para males como la artrosis, la fibromialgia y el estrés. Por ello, la localidad ha exprimido al máximo el poder que les brindaba la naturaleza instalando varios balnearios.


El manantial subterráneo del que manan esas aguas sube a la superficie con una temperatura media de unos 30 grados. Pero si algo destaca de Jaraba es el valor de sus fuentes. Este agua, ingerida por vía oral contiene propiedades recomendables para los problemas digestivos y ayuda a disolver las piedras en el riñón.

Benasque


En un entorno incomparable se encuentra en Benasque un reducto de aguas medicinales. Allí se combaten males como el reumatismo, la artrosis, la artritis, el estrés, las afecciones de riñón y el aparato digestivo y respiratorio. Para potenciar al máximo las aguas termales de Benasque se instaló un balneario en la ladera de una montaña. Sus aguas brotan del manantial a 37ºC y tienen propiedades relajantes, antinflamatorias, diuréticas y depurativas. Además, su entorno brinda la oportunidad de realizar decenas de actividades como el alpinismo, la escalada o el barranquismo.

Fuentes Calientes

En la comarca de Comunidad de Teruel y en el municipio de Fuentes Calientes fluye un manantial de sobras conocido por los vecinos de la zona. Se trata de Fuentes Calientes, llamadas así por la temperatura a la que mana el agua de la tierra. Se sitúa en el arroyo de la Vega, en la cuenca del río Alfambra. Aguas hipertermales clasificadas como ferruginosas laxantes. Además el manantial de Las Fuentes posee una atalaya desde donde se aprecian las vistas del pueblo. Por la zona también se encuentran otras fuentes medicinales como La Fuenpicada, famosa por la concentración de hierro de sus aguas.Ariño

En el cauce del río Martín afloran las aguas de los manantiales de Los Baños. Aprovechando un estrechamiento que realiza el propio río a la altura de la Sierra de Arcos, surgen estas joyas naturales de gran valor en pleno Parque Cultural del Río Martín. Las propiedades medicinales de sus aguas ayudan a tratar un sinfín de enfermedades como las infecciones gastrointestinales, la gastritis, la dispepsia gastrointestinal, las alergias, eczemas, acné, psoriasis y dermatitis.

Panticosa

Panticosa conserva uno de los manantiales naturales más importantes de toda la Comunidad a causa de la temperatura a la que brotan sus aguas mineromedicinales. Y las instalaciones de su balneario y el entorno natural realzan su belleza. Brotan del manantial de Tiberio a 53ºC y están especialmente indicadas por sus características físico químicas, térmicas y de composición mineral, tanto en su ingestión por vía oral por ser muy alcalinas y blandas, fluoradas, sulfuradas, bicarbonatadas sódicas y oligometálicas.


Se les atribuyen acciones analgésicas y son muy beneficiosas para el tratamiento de enfermedades óseas, de piel, reumáticas, cuadros de estrés y problemas asmáticos. Además su riqueza en azufre contribuye a la regeneración de la piel.