Un teléfono móvil (o un reloj) para mover el mundo

La Fundación San Valero ha fallado sus ‘Premios Ingenia! Ideas con Valor’. Con ellos, reconoce el trabajo de sus mejores talentos, que han creado desde aplicaciones domóticas hasta motores neumáticos e incluso maneras de controlar el mp3 con un reloj de pulsera

David López (de azul) y Ángel Ocejo han ganado el 2º premio de Grado Superior gracias a su ingenio.
Un dron

Tienen solo 20 años y un ‘leitmotiv’: si puede pensarse, puede hacerse. Ellos, que no son sospechosos de haber crecido bajo la influencia de un Michael Night que se comunicaba con el coche fantástico vía reloj de pulsera, han encontrado la forma de hacer realidad aquella vieja ficción. Con solo mover la muñeca en la que llevan un reloj programado al detalle, pueden conseguir seleccionar las canciones de un mp3, subir y bajar el volumen y bloquearlo para que los movimientos no interfieran en la reproducción.


La idea es perfecta para personas ciegas o con problemas de movilidad, y puede adaptarse, ya que es posible lograr lo mismo desde un smartphone o un ordenador.


Por si fuera poco, han fabricado un dron, que puede hacer labores de vigilancia o llevar paquetes de un lado a otro, que es ni más ni menos que lo que el gigante Amazon está intentando explotar. Aún no lo controlan con el reloj, pero todo llegará.

Si piensan que el cuento de hadas va a terminar en cuanto hablemos del coste económico de su ingenio, están muy equivocados: el reloj es un modelo digital relativamente barato que suele utilizarse para practicar deporte, el sistema se basa en radiofrecuencia y el esqueleto del dron se ha hecho con una impresora 3D que otros compañeros crearon de cero. David López (22 años) y Ángel Ocejo (19 años) son solo dos de los talentos de los grados de Electrónica de la San Valero que llevan meses trabajando en su idea bajo la tutela del profesor Javier Arnadillo.


Ellos son unos de los alumnos reconocidos en la primera edición de unos galardones que se han bautizado como ‘Premios Ingenia! Ideas con Valor’. "Los trabajos tienen el suficiente valor como para obtener premios de prestigio. Por eso, este año nuestros galardones han ganado peso", explicó Fernando Moreno, responsable del departamento de Formación y Orientación de la Fundación San Valero.


Los chavales tuvieron que exponer públicamente sus proyectos y el jurado estuvo compuesto por expertos del Instituto Aragonés de Fomento (IAF), empresas y el CIEM, centro de incubación empresarial. Pero David y Ángel no son los únicos que han aportado ideas para mejorar el mundo. Sus compañeros Jonathan Serrano, Adrián Lahoz, Alejandro Moreno y Borja Gascón se hicieron con el primer premio en la modalidad de equipo multidisciplinar al idear una solución para controlar, mediante la domótica y a través de sensores, la vida de un invernadero (humedad, temperatura o luz, por ejemplo). Desde la distancia, y a través de un móvil o de un ordenador, las órdenes para el cuidado llegan perfectamente.


Por otra parte, el primer premio de Grado Superior recayó en un motor neumático (creado por Víctor San José y Rubén Martínez) y una mordaza neumática (Adrián Anchelergues y Jaime Enguita). Un motor oscilante neumático, de Samuel Cárdenas Mañas y Mohamed Arabi, se hizo con el reconocimiento a proyectos de aula taller.

Tampoco faltan los que como Eduardo Olson (30 años) trabajan ya para un diseño real de una empresa que podría revolucionar el sector de las encuestas. Lo hace a través de un mini ordenador (una placa no más grande que una mano) que se llama "raspberry" y que cuesta solo 25 euros. Una empresa lo ha creado precisamente para los escolares y puede configurarse y guardar herméticamente, por ejemplo, cuánta gente vota "sí" o "no" a través de unos pulsadores.