Las indemnizaciones por el Yak 42 empezarán a llegar 11 años después de la tragedia

El caso penal continúa en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.

Las familias de los 62 militares españoles que perdieron la vida en el accidente del avión Yakolev 42 ocurrido el 26 de mayo de 2003 en Trabzon (Turquía) comenzarán a recibir las indemnizaciones de la contratista alemana del aparato siniestrado, Chapman Freeborn, coincidiendo con el décimo primer aniversario de la tragedia.


En total, son 6,2 millones de euros de indemnización tras un proceso judicial que "parece ver la luz al final del túnel", en palabras de los abogados de los familiares, una vez que el Tribunal de Primera Instancia de Fráncfort haya confirmado la sentencia del Supremo español contra la compañía aérea ucraniana Ukranian Mediterranean Airlines (UM Air), su reaseguradora también ucraniana BUSIN Joint-Stock Insurance y la contratista alemana, que ya ha anunciado su intención de no recurrir.


Mientras tanto, el caso penal se encuentra en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, al que acudió la Asociación de Familiares de las Víctimas del Yak-42 como último intento para que se juzgue a los seis militares que fueron imputados por homicidio imprudente y que finalmente quedaron exonerados, contra el criterio de la Fiscalía, tras nueve años de instrucción. "Estrasburgo es la última esperanza", remarcan los familiares.


Además, la causa civil sigue instruyéndose ante una supuesta responsabilidad del Estado, ya que hay un grupo de afectados que reclama que el Ministerio de Defensa reconozca su culpa y responsabilidad en el accidente.

Nadie en prisión 

Los familiares de las víctimas han recordado que ya no queda ningún condenado por este caso en prisión, ya que hace dos años el Ejecutivo de Mariano Rajoy indultó a dos de los tres militares -el otro había muerto- condenados por falsear las identificaciones de 30 de los fallecidos.


Y también han lamentado una vez más que a los que consideran "responsables políticos de toda la gestión de la tragedia", el entonces ministro de Defensa, Federico Trillo, y el secretario general de Política de Defensa, Javier Jiménez-Ugarte, solo declararon como testigos en 2008 y ahora han sido nombrados embajadores en Reino Unido y Suecia, respectivamente.


Como ha ocurrido en años anteriores, el Ministerio de Defensa no ha organizado este año ningún acto oficial por el décimo primer aniversario, por lo que las familias recordarán este lunes a las víctimas en los lugares de donde procedían la mayoría de los militares.


Así, se han convocado a lo largo de la mañana homenajes en Burgos, en el Cuartel Castrillo del Val; en Zaragoza, ante el memorial en recuerdo de los fallecidos; y en Madrid, en el monumento a los caídos en misiones en el exterior en el Cuartel General del Aire. Además, en Burgos, el arzobispo Francisco Gil Hellín celebrará por la tarde una misa funeral en la catedral cantada por el Orfeón Burgalés.

Homenaje en el lugar del siniestro 

Pero también se celebrará un acto de recuerdo a los militares fallecidos en Maçka, en la provincia turca de Trebisonda, por ser la ciudad más cercana al lugar donde ocurrió el accidente, y seguidamente habrá otro en el monte Pilav.


En estos dos lugares se recuerda todos los años la tragedia, ante dos monumentos inaugurados en el año 2004 por el entonces ministro de Defensa, José Bono, que acudió acompañado de 154 familiares de las víctimas. La dueña de este terreno falleció el pasado enero y lo dejó en herencia a las familias de las víctimas.


Los 62 militares muertos en el accidente del Yak, el más grave que han sufrido las Fuerzas Armadas en tiempos de paz, suponen más de la mitad del total de víctimas españolas que ha dejado la guerra de Afganistán.