El traslado de 281 médicos deja en el aire el futuro de varias consultas rurales

Miles de aragoneses cambian de facultativo al resolverse, por fin, el concurso del Salud.
Los sindicatos alertan de que podrían amortizarse plazas en las zonas con menos cartillas, pero Sanidad lo niega

Encarna Bardella, Antonia Vilar y Miguel Borrás esperaban ayer en la consulta de Tolva.
Encarna Bardella, Antonia Vilar y Miguel Borrás esperaban ayer en la consulta de Tolva

Miles de aragoneses tienen nuevo médico de cabecera. Los profesionales que han ganado plaza en el último concurso de traslados del Salud ya han tomado posesión de sus nuevos destinos (algunos lo hicieron el viernes y otros ayer), después de varias semanas de incertidumbre en las que el proceso ha estado, incluso, paralizado judicialmente.


En total, son 281 profesionales los que han conseguido plaza y, por tanto, nuevo centro de salud. De ellos, una treintena llegan desde fuera de Aragón y doce se incorporan al Salud después de haber estado trabajando en el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS), sobre todo en residencias de la tercera edad.


La toma de posesión de sus puestos genera un movimiento en cadena y, si hay plazas que nadie ha solicitado, la Administración podrá cubrirlas con interinos, algo que rara vez ocurre en las ciudades más grandes, que son las más solicitadas. El proceso supone el cambio de centro de salud de casi un 25% de todos los facultativos que trabajan actualmente en Aragón, ya que se estima que hay unos 1.000.


La mayoría de los pacientes están recibiendo con recelo el cambio de su profesional (algunos llevaban más de 20 años con el mismo médico de cabecera), pero otros temen que la plaza de su facultativo de referencia se pierda. De hecho, las secciones de Médicos de Atención Primaria de Aragón de los sindicatos CESM y Fasamet insisten en que habrá que esperar a que el proceso se resuelva para comprobar si el Salud ha aprovechado la coyuntura para amortizar una decena de plazas, todas ellas en el entorno rural.


En Biscarrués (Huesca), tras las protestas de los pacientes, la DGA ha contratado a una profesional que, según el alcalde, solo resuelve el problema en parte, dado que se trata de una interina con contrato temporal hasta el 31 de diciembre. En otras zonas, sobre todo en aquellas que sufren la dispersión y la falta de población, habrá que esperar a la decisión del Salud.


Pero, si el proceso ya se ha resuelto, ¿cómo es posible que no se conozca todavía el futuro de algunas plazas? La solución está en el propio modus operandi del proceso administrativo. El Salud hace una previsión de plazas en el entorno urbano y en el rural que es, debido a la galopante despoblación, el que sufre más cambios, ya que el número de pacientes (o cartillas sanitarias) decrece año tras año. Al convocar el concurso, el Gobierno de Aragón tiene la potestad de bloquear algunas plazas. Es decir, no las saca a concurso y, por tanto, no pueden solicitarse.


Si el facultativo que está en ellas se queda, no hay cambios. Pero si este se va (por traslado, jubilación o defunción), la plaza se queda sin dueño. A pesar de todo, el Salud puede decidir enviar allí a un médico interino, si cree que es necesario para cubrir la demanda asistencial. Las intenciones de la DGA se conocerán cuando se haga el llamamiento destinado a los interinos.


En algunas localidades, la despoblación es enorme, y tanto la Administración como los profesionales reconocen que esas plazas pueden amortizarse. Pero en otros casos, no hay quórum. "Por ejemplo, está el caso de pueblos como Fortanete, en Teruel. Es cierto que tiene pocas cartillas, pero no lo es menos que la orografía y la climatología complican la atención. Si este destino se asigna también al médico de Cantavieja, su trabajo se va a complicar mucho", explica Jesús Rodrigo, de Fasamet.

En otros casos, se mantiene a un facultativo pero se le reduce su horario de atención, algo que sin duda repercute en unos pacientes que, además, suelen ser muy mayores y acumulan un buen puñado de dolencias crónicas.


"A esto se suma que a lo largo de los años hay otras plazas que han quedado vacantes y tampoco han salido a concurso, con lo que sí que se puede hablar de un goteo constante", añaden desde Fasamet. Por otra parte, no son pocos los profesionales que dudan de que el consejero del ramo, Ricardo Oliván, vaya a suprimir un elevado número de plazas en año preelectoral.


No obstante, fuentes oficiales del Salud niegan tajantemente que se vaya a aprovechar la situación para amortizar puestos. "No hay ninguna intención de suprimir plazas ni de hacer recortes", insistieron. Recordaron, además, que ya se hizo una reestructuración del mapa sanitario para adecuar los recursos y mejorar el sistema de guardias. Esto afectó a varios centros de salud como los de Parque Goya, Belchite, María de Hueva, Sádaba, Ejea de los Caballeros, Alhama de Aragón, Daroca, Calatayud, Villarroya de la Sierra, Teruel Rural, Centro y Ensanche.Objetivo: mantener la calidad

La Sociedad Aragonesa de Medicina de Familia y Comunitaria (Samfyc) cree que no importa tanto la cantidad como la calidad. "Lo que nosotros le exigimos a la Administración es que asegure la mejor atención en todos los rincones de Aragón, lo que no quiere decir que deba haber un médico en cada pueblo", explicó Fernando Barrera, de la entidad. "Si realmente hay núcleos en los que alguien tiene 30 cartillas y se decide, previo estudio, que debe amortizarse la plaza, no nos parece mal. Otra cosa, es que haya un recorte que afecte a la asistencia", añadió.


Samfyc sigue denunciando que se ha decidido resolver el proceso a pesar de que este sigue judicializado. El concurso ha estado paralizado en mayo porque un juez decidió suspender cautelarmente los traslados tras el recurso interpuesto por varios médicos de Samfyc contra el anterior concurso (de 2008). Estos consideran que, en la convocatoria de 2008, se les había baremado con hasta nueve puntos menos al no contemplarse su antigüedad desde el periodo MIR, algo por lo que siguen luchando: hay un nuevo juicio el 8 de julio.