Aragón vuelve a intentar clonar el último bucardo tras comprobar que sus células siguen vivas

Los científicos del CITA logran que dos cabras hayan empezado a gestar sendas réplicas de la hembra con la que se extinguió la especie.Hay muy pocas probabilidades de éxito, pero el reto era ver si el ADN congelado aún sirve

Elías Echegoyen, junto a las dos cabras a las que se les implantaron sendos clones de la última bucarda. Los embriones empezaron a desarrollarse, pero es muy probable que la gestación se interrumpa.
Elías Echegoyen, junto a las dos cabras a las que se les implantaron sendos clones de la última bucarda. Los embriones empezaron a desarrollarse, pero es muy probable que la gestación se interrumpa

El Gobierno de Aragón ha vuelto a intentar la clonación del último bucardo y ha confirmado que el material genético que se conserva de aquella hembra fallecida en Ordesa a principios de 2000 sigue siendo válido para resucitar una especie extinta. De hecho, los científicos del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria (CITA) han conseguido que dos cabras hayan empezado a gestar sendos embriones de bucardo, aunque las probabilidades de que los animales lleguen a nacer son muy reducidas –en las técnicas de clonación solo salen adelante el 3% de los fetos–.


Independientemente de lo que suceda con esas dos cabras utilizadas como madres de alquiler, después del verano el equipo de investigadores que ha llevado a cabo el segundo intento de clonar al bucardo volverá a reunirse para repetir el proceso. No obstante, tanto el director del proyecto, José Folch, como el director general de Conservación del Medio Natural de la DGA, Pablo Munilla, subrayan que el objetivo de esta iniciativa era comprobar si el material genético aún es viable y que por tanto ha sido un éxito.Un hito de relevancia mundial

Hay que recordar que en el año 2003 ya se logró que una cabra pariera una réplica exacta de la última bucarda. La cría murió a los pocos minutos por un problema respiratorio frecuente en los animales clonados, pero su nacimiento permitió que Aragón protagonizara un hito científico de relevancia mundial: por primera vez en la historia, se logró devolver a la vida a un animal totalmente extinguido.


A raíz de su publicación en la revista científica Theriogenology, de aquel avance se han hecho eco medios tan prestigiosos como Science, National Geographic, la CNN, la BBC, The Independent, The Daily Telegraph... Sin embargo, esa repercusión es mínima en comparación con la que generaría el nacimiento de un bucardo sano. Ni Folch ni Munilla esconden que con ese primer paso aún se estaría muy lejos de poder recuperar la especie. No obstante los beneficios para Aragón serían incuestionables.


El bucardo era una subespecie de cabra montés propia del Pirineo. Ocupaba toda la cordillera, pero la caza la fue diezmando y provocó que en siglo XIX desapareciera de la vertiente francesa y que a principios del XX ya solo sobreviviese en el macizo de Monte Perdido, en cuyos riscos agonizó durante décadas. La última reproducción fue registrada en 1987, en 1990 se observó el último ejemplar macho y el 6 de enero de 2000 murió Celia, la última hembra, aplastada por un árbol en Ordesa.


Los estertores del bucardo coincidieron con el ‘boom’ de la clonación. Eran los años de la oveja Dolly, y por eso en 1999 Celia fue capturada para extraerle material biológico. Sus células se multiplicaron en un laboratorio y fueron congeladas en nitrógeno líquido pensando en que algún día permitirían revivir esta subespecie. Efectivamente, solo se tardó tres años en clonarla y lograr que naciera una cría viva, pero a pesar de ese éxito la muerte prematura del animal hizo que la iniciativa quedara aparcada.


En 2009, la DGA contrató a una experta en clonaciones estadounidense cuya llegada iba a suponer que el proyecto se retomara. Sin embargo, al poco tiempo de instalarse en el CITA, a esta prestigiosa científica le detectaron una grave enfermedad que le hizo regresar a su país y volvió a paralizar la clonación del bucardo.Gracias a la Federación de Caza

El año pasado, el consejero de Medio Ambiente, Modesto Lobón, puso como condición que la nueva tentativa tuviera financiación externa para que no costara dinero a las arcas públicas. Y la oportunidad surgió gracias a la Federación Aragonesa de Caza. Esta entidad accedió a aportar 15.500 euros para estudiar la viabilidad de las células de la última bucarda, que llevaban 15 años congeladas a -196 grados sin que se supiese si aún eran útiles para clonar a Celia.


La comprobación tenía que hacerse tanto in vitro –en laboratorio– como in vivo –en el útero de una madre de alquiler–, lo que ha permitido completar el proceso completo de la clonación.


"Lo primero era evaluar el buen estado de todos los aparatos necesarios, por eso en otoño hicimos una clonación con ovejas que nos sirvió para ver los fallos que debíamos corregir", explica Folch, que ya dirigió el intento de 2003. Poco después, el pasado enero, los científicos del CITA clonaron a la última bucarda con la colaboración gratuita de varios expertos llegados del Centro de Biología Molecular de Madrid, el Instituto Nacional de Investigación Agraria y la Universidad de Lieja. También participaron como asesores dos científicos ya retirados del Instituto Nacional de Investigación Agronómica (INRA) de Francia.Pendientes de las ecografías

"La clonación en laboratorio se hizo con éxito y unos días después se implantaron sendos embriones de bucardo en dos cabras mezcla de cabra doméstica y cabra montés de Beceite –detalla Folch–. A finales de abril se les hizo una ecografía que mostró que en ambos casos el embrión se había implantado en el útero y había empezado a desarrollarse, pero hasta que a finales de mayo no se les haga una nueva ecografía no sabremos si las cabras siguen gestando". El director del proyecto recalca que las probabilidades de que tanto este intento como el que se realizará después del verano tengan éxito son "muy escasas" porque solo un 3% de los animales clonados llegan a nacer vivos. Sin embargo, Folch insiste en que el objetivo no es la clonación en sí.


"Lo importante es que ya hemos comprobado que las célula de la última bucarda se conservan en buen estado, que los aparatos que tenemos en el CITA funcionan bien y que en Aragón hay personal preparado para llevar a cabo la clonación –destaca este científico–. Ahora lo que hace falta es financiación para poner en marcha un intento con más garantías de éxito".


Folch recuerda que en 2003 hubo que hacer varias tentativas antes de lograr un nacimiento. "Es una cuestión de probabilidades: si solo nacen sanos el 3% de los animales clonados, necesitamos implantar embriones en el mayor número posible de cabras -recalca-.  Lógicamente, eso cuesta más dinero que el que tenemos ahora, pero en cualquier caso hablamos de una inversión relativamente reducida".