Santiago Vaquero: "Llevamos juntos desde los 14 años, es toda una vida"

Santiago se desvive por cuidar a Dolores con quien lleva viviendo más de 60 años.

Dolores Rodrigo y Santiago Vaquero, de Cutanda, Calamocha
Dolores Rodrigo y Santiago Vaquero, de Cutanda, Calamocha

Santiago Vaquero (Cutanda, 1934) nace hace 81 años en una pequeña localidad turolense perteneciente al municipio de Calamocha, Cutanda. Cuando tan solo tenía 14 años conoció a Dolores Rodrigo, mujer con la que ha pasado toda su vida. En concreto, 66 años de momentos mejores y peores, pero que siempre han pasado juntos. Ahora, Santiago se desvive por cuidar de su mujer, ya que la memoria ha comenzado a fallarle.


Todas las tardes "se juntan para jugar al guiñote con viejos amigos de Cutanda", vecinos del barrio de Las Delicias, donde viven ahora. Santiago consiguió un empleo en la antigua azucarera de Zaragoza. "No había trabajo en el pueblo y me tuve que ir a la ciudad, era invierno y yo tenia 21 años", recuerda. Mientras tanto Dolores tuvo que quedarse en en pueblo. Sus días pasaban mientras paseaba, hacía ganchillo y atendía las labores del hogar. "Nos escribíamos por correo postal hasta mi vuelta".


De su infancia, Santiago recuerda los juegos tradicionales que poco a poco han ido cayendo en el olvido. "No había radio ni televisión, y luz la justica, así que los chicos nos teníamos que entretener en otras cosas. Jugábamos al escondecucas, a la birla o al Anda la mula", relata el turolense. "A la una, anda la mula; a las dos, tira la coz, a las tres, Perico, Juanico y Andrés, o repitités...", Santiago todavía recuerda a la perfección la canción.


También rememora la celebración de los Quintos en Cutanda. "Era a los 21 años, había una ronda con guitarras y bandurrias e íbamos recorriendo el pueblo casa por casa", explica. Por la noche se celebraba un baile, en el que "quien se quedaba sin bailar pagaba la botella". También recuerda con cariño "el bollo tonto" que las mujeres preparaban para San Roque, un postre de azúcar y miel que le encantaba y que le trae dulces recuerdos.