Ana María Cansado: "Recuerdo las naranjas podridas de Caminreal"

Trabajó en fábricas y mercados de un Aragón "más tranquilo y seguro".

Ana María Cansado
Ana María Cansado

Ana María Cansado (Ateca, 1934) se trasladó a los dos años a Zaragoza junto a su madre y a sus seis hermanos. De su infancia en la Ciudad Jardín recuerda el pequeño huerto de su casa donde los patos le seguían para ir al campo "porque todo lo de alrededor estaba sin edificar".


Trabajó desde los 14 años en la fábrica de conservas Collado, que ya no existe, y después lo hizo junto a uno de sus hermanos en una tienda de comestibles. Posteriormente se trasladó a Torrero a trabajar, lugar al que se desplazaba todos los días en tranvía: "Costaba 15 céntimos e iba desde Delicias hasta Torrero".


Los domingos paseaba por el paseo de la Independencia, del que recuerda los porches y el café Ambos Mundos. En uno de esos paseos conoció a su marido, junto al que trabajó después en su empresa familiar.


Ana María recuerda los viajes de su madre a Belchite para llevar aceite a casa "escondido para que los guardias no se lo quitaran" y las naranjas que compraba en la estación Caminreal: "Es el actual Portillo. Esa fruta que traía a casa mi madre se pudría porque venían vagones cargados. Ahora cuando como una naranja que está mala siempre digo que sabe a Caminreal".


El Aragón que recuerda es "tranquilo y con menos agobios que ahora. También era más seguro", dice. Además, afirma que "todo ha cambiado, desde la plaza España, a la plaza Paraíso. Nada está igual que antes".