El 2013 en Aragón: un año marcado por la crisis y el ataque en el Pilar

El 2013 se cierra dejando a su paso numerosas estampas en la retina aragonesa, que guardará a partir de ahora las fechas, personajes e hitos de un año convulso y lleno de acontecimientos. Los trastornos ocasionados por la crisis, la imagen del Pilar acordonado, o los temporales que azotaron diversos puntos de la Comunidad son solo algunos de los temas que han marcado el devenir de la sociedad aragonesa durante los últimos 365 días y que ahora repasa Heraldo.es en los instantes finales de un año que se agota.

La crisis y los recortes entran de lleno en Aragón

Como en el resto de España, la crisis y los recortes tomaron su cara más dura este año en Aragón. En abril, a la vez que la Encuesta de Población Activa revelaba que España superaba la crítica cifra de los 6 millones de parados Aragón se convertía en una de las comunidades en las que más subía el desempleo al superar las 144.000. personas sin trabajo. Cifras de récord en negativo que se fueron rebajando con el paso de los meses, pero que azotaron sobremanera a la Comunidad, donde se han ido progresivamente acumulando los parados de larga duración y las familias con todos sus miembros sin empleo. Un escenario que se tradujo en la calle en multitud de protestas ante una situación que las entidades sociales califican como "insostenible".

Sanidad y Educación han sido también dos de los ámbitos más trastocados y debatidos a lo largo de este curso que se cierra. La reordenación de los servicios de atención, el reajuste en la plantilla del Salud o los recortes en las becas de comedor y libros, así como la aprobación de la polémica Ley Lomce han sido los principales caballos de batalla de la ciudadanía en este 2013, año en el aprendimos además que las mareas podían tomar muy distintos colores.

La naturaleza muestra su cara más amarga

Al igual que en 2012, este año la naturaleza volvió a dejar notar su presencia en la Comunidad. A mediados de julio el río Ésera se desbordaba a su paso por Benasque obligando a evacuar este municipio y el de Castejón de Sos. Tras la acometida, el paso del agua por el valle se dejó notar durante meses hasta que se recuperó la normalidad.

Más dramática fue la situación en Oliete, donde la crecida de los ríos Seco y Martín se llevaron la vida de un vecino de la localidad, cuyo cuerpo solo pudo ser recuperado tras tres días de intensa búsqueda río abajo.

Explosión en el Pilar

Miércoles 2 de octubre, 13.50. Una explosión inunda de humo la Basílica del Pilar de Zaragoza, que es rápidamente desalojada sin que se produjeran nada más que escasos daños materiales. Empezaba así una jornada grabada a fuego en la mente de los aragoneses y en la del resto de españoles. La imagen de la Policía acordonando el templo rompía de pronto con la rutina zaragozana a apenas 10 días de las Fiestas del Pilar.

El acto, ocasionado por una bomba casera que fue pronto reivindicado por un grupo ácrata radical cuyos miembros fueron detenidos en Barcelona, conmovió a la sociedad Aragonesa, que se repuso y demostró su fortaleza una vez más solo una semana más tarde celebrando unas fiestas del Pilar marcadas por una Ofrenda de récord.

Gloria y ruina en el deporte aragonés

El 1 de junio al Real Zaragoza se le escapaba el milagro. Después de permanecer demasiadas semanas coqueteando con las opciones de salvación, el conjunto blanquillo volvía a Segunda División por segunda vez en apenas cinco años. Ni la exigua esperanza de una carambola que mantuviera al club en Primera pudo evitar que el equipo dirigido entonces por Manolo Jiménez cayera en el último partido en la Romareda ante el Atlético de Madrid.

A la debacle del Zaragoza se le unió también este año el descenso de la Sociedad Deportiva Huesca a Segunda B, donde se encontraría con el Sariñena, único punto positivo de un año negro para el fútbol de la Comunidad.

Sin embargo, el deporte aragonés se repondría del varapalo cuando, cuatro días después del descenso del Zaragoza, el CAI Zaragoza cerraba una temporada histórica terminando la competición como el tercer mejor equipo de ACB y devolviendo al Príncipe Felipe a Europa. Al CAI se le sumaron antes y después de su órdago a la élite otros tantos hitos en el deporte de la Comunidad. Entre los que destacan la conquista del Everest por parte de Pauner, la plata en 1.500 de Isabel Macías en el Europeo de Gotemburgo, el oro de la selección de waterpolo femenino de la mano de Andrea Blas, la gran línea mantenida por el CAI Teruel o el nuevo éxito que supuso el GP de Aragón.

La cultura aragonesa, reconocida

El ámbito cultural aragonés ha seguido durante este 2013 vivo a pesar de todo. El reconocimiento a Antón Castro con el Premio Nacional de Periodismo Cultural o la elección de Aurora Egido como nueva académica de la RAE -cubriendo la vacante dejada por José Luis Borau- han sido sin duda alguna las mejores noticias de un año en el que el sector cultural reivindicó que los recortes estaban contribuyendo a cavar su tumba.

Las salas de concierto, los espectáculos teatrales y las salas de cine -cuya lista de 'extintas' engrosó este año los Cines Augusta - han bregado en el último año con la una subida del IVA que recalcan que "les ha ahogado". Sin embargo, y a pesar de la marea, los distintos festivales, premios y certámenes de la Comunidad se las apañaron para salir adelante, premiando lo mejor de una cultura aragonesa que sigue "muy viva" y con mucho que enseñar al mundo.

Además, en el apartado patrimonial, Aragón siguió acumulando éxitos y derrotas. La reapertura de la Cartuja del Aula Dei o la entrada de público a la estación de Canfranc pusieron el punto positivo dentro de un patrimonio que también acumuló sendas sacudidas, entre las que destacaron, por magnitud y trascendencia, los casos de la fundición Averly, o el abandono de la Cartuja de Los Monegros.

El aniversario de una Expo a medias

Por su parte, Zaragoza alcanzó en 2013 un horizonte de esos que da vértigo atravesar. Se cumplían cinco años de la Exposición Universal, cinco años de aquel 2008 en el que la capital aragonesa se puso guapa para el mundo, y que han demostrado que de todo aquello que se creó entonces no todo ha sabido envejecer del mismo modo.

Sin embargo, y a pesar del abandono de algunos de los principales centros de la muestra, el aniversario ha servido para devolver a la ciudad algunas de las infraestructuras que súbitamente se habían quedado congeladas. La Torre del Agua volvió -poco a poco eso sí- a recibir visitas, el Pabellón Puente se reconvirtió en centro de Exposiciones, y los juzgados se desplazaron al entorno de Ranillas.

Al mismo tiempo, el tranvía concluyó su trayecto por la primera línea hasta parque Goya en la pasada primavera, iniciando así un debate sobre la movilidad que acabó con reordenación del servicio de buses y huelga de más de dos meses incluida.

Con todo, el Congreso Iberoamericano de la Cultura volvió a poner a Zaragoza con traje de gala casi para cerrar el año, convirtiendo de nuevo a la ciudad y a Aragón en referente internacional.

Un año cargado de conflictos

Por su parte, el panorama político aragonés siguió enzarzado en diversas disputas entre comunidades y con el Estado central. Canfranc, la reforma local, el debate sobre el déficit autonómico, o el último capítulo de la disputa por los bienes del Aragón Oriental llenaron la vida política aragonesa, convulsa, al igual que los tiempos que corren.

Además, y con dramáticas ligazones con el mundo de la política, la corrupción ha supuesto otro de los mayores puntos negativos de todo lo acontecido este año. Desde el caso Plaza, cuya investigación aún continúa en proceso, hasta el ya casi finiquitado caso de corrupción de La Muela.

Los que se fueron:

Emilio Eiroa, tercer presidente de la Comunidad autónoma --ejerció el cargo entre 1991 y 1993-- y también presidente de las Cortes aragonesas --entre 1995 y 1999-.

José Atarés, alcalde de Zaragoza entre 2000 y 2003.

Javier Tomeo, escritor y dramaturgo.

Mariano Cariñena, director de teatro.

Pascual Blanco, pintor. 

María Jesús Burró, senadora del PAR.

Pilar Narvión, periodista.