Turismo

"Pague por ver mi pueblo"

Con la llegada del verano y como financiación para mantener su patrimonio, varios pueblos de Aragón han empezado a cobrar por contenidos turísticos que antes eran gratuitos.

Colegiata de Alquezar
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LUIS SENSO

La semana pasada el Ayuntamiento de Alagón aprobaba en pleno poner precio al servicio de visitas guiadas en el pueblo. Una opción que desde 2003 era ofrecida de forma gratuita por la oficina de Turismo, y que a partir de ahora tendrá un coste de 2 euros.


El plan de Alagón, que aún debe ser publicado en el Boletín Oficial de la Provincia, no es el primero en la zona, donde varios pueblos han comenzado a buscar nuevas vías de financiación para conservar su patrimonio.


"Se trata de prestar el servicio que se ha hecho hasta ahora de mejor forma, y buscar algo de dinero para la conservación del patrimonio", explica Pilar Pérez, responsable de la oficina de turismo de la localidad.


Un plan de autofinanciación que también ha arrancado este verano para Belchite, que empezó a cobrar entrada por visitar las ruinas de su pueblo viejo tras décadas de abandono. "La idea es explotar lo que tenemos, y sacar partido a unos atractivos que hasta ahora no habíamos aprovechado", argumentan desde el ayuntamiento, que en los tres meses que lleva en práctica la propuesta ha conseguido recaudar más de 16.000 euros.


Y es que ante la crisis, los pueblos parecen estar optando por la especialización y el cuidado del visitante. Los destinos rurales de Aragón, tierra de paso hacia otros destinos para muchos viajeros, recibió solo en mayo 6.981 visitantes según el Instituto Nacional de Estadística, de los cuales casi 1.500 eran extranjeros, un nuevo visitante al que ahora "se está cuidando más".

Por experiencia, dedicación, o 'cataclismo'

En Aragón se pueden encontrar desde hace años varios pueblos que han plantado bandera en cuanto a lo que a cuidado de sus atractivos se refiere. Experiencias como la de Fuendetodos, donde desde 2004 una fundación cuida de la excelencia de la oferta turística en torno a Goya, o Alquezar, referente en el Pirineo, pueden presumir de seguir creciendo en visitas a pesar de la crisis.


En el caso de la población del Somontano, casi 31.000 personas se pasaron por su oficina turística durante el año pasado. "Intentamos cada año ofrecer una propuesta distinta", explican desde la oficina de turismo, que desde 1993 ha basado su gestión en dedicar tanto tiempo al visitante francés como al nacional, "invirtiendo buena parte de los beneficios en la mejora y acondicionamiento del pueblo".


"Destinamos bastante tiempo y dinero en el acondicionamiento y la preparación de fórmulas que salgan un poco de la norma", cuentan desde el departamento, que además de las distintas visitas guiadas que van desde los 1.5 a los 3 euros, prepara para este verano una nueva ruta que plantea mezclar los mitos de la zona con la historia ya conocida, y en la que los visitantes "tendrán que encontrar a varias hadas distribuidas por el pueblo para descubrir la ruta a seguir".


Ideas distintas que a veces se cuelan en la rutina de los pueblos por suerte o por capricho. O por la buena intención de una feligresa, como ocurrió en Borja, que desde la aparición del Ecce Homo ha recibido ya a más de 60.000 personas procedentes de todo los lugares del mundo. Aluvión que hizo que el ayuntamiento zaragozano pasara de desterrar la obra a comenzar a cobrar por verla a los pocos días de su descubrimiento. Estuvieron rápidos.