En Aragón

Las víctimas de accidentes descienden casi un 50% en el último lustro

El número de fallecidos en las carreteras de Aragón disminuye un 6% respecto a 2011 y se sitúa en 63. En los últimos cinco años, las víctimas mortales se han reducido un 45%.

Accidente en la N-II, a la altura de Bujaraloz
Las víctimas de accidentes descienden casi un 50% en el último lustro
A. ALCORTA

Las carreteras aragonesas cerraron el año 2012 con 63 víctimas mortales en accidentes de tráfico, una cifra un 6% menor que la de 2011 y que casi se ha reducido a la mitad durante el último lustro. A pesar de la alta siniestralidad en los tramos sin desdoblar de la N-II y la N-232, donde el número de accidentes mortales sigue siendo muy elevado, los fallecidos en vías interurbanas se han reducido hasta un 45% desde 2008.


Ese año murieron 113 personas en la Comunidad, frente a las 63 de este año. En 2011 fueron cuatro más, 67, mientras que en 2010 fallecieron 74 y en 2009, 89, según las cifras de la Dirección General de Tráfico (DGT). “Cada fallecido es una desgracia, pero es importante que cada año se reduzca la cifra de fallecidos en las carreteras”, valora Miguel Ángel Bernal, delegado de Stop Accidentes en Aragón.


“El carné por puntos, los radares y todo el trabajo de concienciación y educación que están realizando tanto la administración como los medios de comunicación y las asociaciones de víctimas de los accidentes contribuyen a que cada vez haya menos accidentes”, asegura Bernal, quien también cree que gran parte del mérito lo tienen los propios conductores: “La gente corre menos y es más consciente de lo peligrosa que puede ser la carretera, todos los niños ya viajan con el cinturón y los conductores toman más precauciones, pero todavía queda mucho trabajo por hacer, sobre todo en las infraestructuras”.


Cifras históricas en España

Si los fallecidos en las carreteras se han reducido un 6% en Aragón, en el conjunto de toda España el decrecimiento fue del 12% en 2012, por lo que se han alcanzado niveles de víctimas mortales similares a los de 1960, cuando había dos millones de conductores, frente a los 26 millones de la actualidad.


Durante el año pasado, 1.304 personas fallecieron en vías interurbanas españolas, 180 víctimas mortales menos que en 2011. La mayoría de las víctimas, un 77%, perdieron la vida en vías convencionales, mientras que solo un 23% lo hicieron en autopistas o autovías. En cuanto al tipo de accidente, casi la mitad se produjeron por salidas de la vía, mientras que en las carreteras convencionales también fallecieron un gran número de personas (38%) en colisiones frontales o fronto-laterales.


“El mayor peligro está en las carreteras convencionales, en las que el asfaltado y las medidas de seguridad suelen ser más deficientes, y en muchos casos su mantenimiento no está siendo el adecuado. Además, estas vías no cuentan con arcenes o separaciones que eviten los choques frontales, que suponen el mayor riesgo para los conductores”, finaliza .