25º aniversario del atentado de la casa cuartel

La unidad, el mejor antídoto para las víctimas

Las víctimas del atentado contra la casa cuartel, que costó la vida a once personas, encuentran en la unidad y en la compañía de sus seres queridos el mejor antídoto para superar aquella "terrible" experiencia.

Las víctimas del atentado terrorista contra la casa cuartel de la Guardia Civil en Zaragoza, que costó la vida a once personas, encuentran en la unidad y en la compañía de sus seres queridos el mejor antídoto para superar aquella "terrible" experiencia, ocurrida el 11 de diciembre de 1987.


El martes, día en que se cumplen 25 años del atentado, la Delegación del Gobierno en Aragón y la Asociación Víctimas del Terrorismo han organizado un "acto sencillo" para recordar a los que murieron en ese atentado, a los que resultaron heridos y también a las familias, y se celebrará en el mismo lugar donde se encontraba la casa cuartel, hoy parque de la Esperanza.


Este homenaje estará presidido por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, acompañado por la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi; el director general de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa; y la directora general de Apoyo a Víctimas del Terrorismo, Sonia Ramos, entre otras autoridades.


El atentado se produjo poco después de las seis de la mañana, cuando un coche bomba explotó a las puertas de la casa cuartel y causó un inmenso boquete y el derribo instantáneo de las cuatro plantas del edificio.


Murieron las gemelas Miriam y Esther Barrera Alcaraz (4 años), Silvia Ballarín (7), Silvia Pino (7) y Rocío Capilla (13), además de los guardias civiles José Pino Arriero, José Ignacio Ballarín Cazaña y Emilio Capilla Tocado y los civiles Pedro Alcaraz, de 17 años, y María del Carmen Fernández y Pilar Franco, amas de casa que, además, estaban embarazadas.


Pascual Grasa, el guardia civil que se encontraba de puertas el día del atentado y que resultó gravemente herido en el mismo, ha reconocido que se trata de una jornada "muy triste" en la que se recuerdan todos los detalles del atentado, porque una cosa así "no se puede olvidar" y te marca "para siempre".


"Intentamos estar más acompañados y unirnos más", sobre todo las personas que estábamos allí el día del atentado pero también con víctimas de otros atentados, ha dicho Grasa, guardia civil que vio a los terroristas dejar el coche bomba pero que no tuvo tiempo de avisar a los ocupantes de la casa para que salieran.


Ha querido destacar la solidaridad que aquel día demostró la ciudad de Zaragoza. "Todo el mundo se volcó", desde las instituciones a los centros hospitalarios pasando por los ciudadanos de a pie, que acudían en masa para donar sangre, ha relatado el guardia civil.


Respecto a la situación actual de la banda terrorista ETA, ha reconocido que le cuesta creer que haya desaparecido, porque los terroristas "no se han arrepentido de sus crímenes ni han entregado las armas", ha remarcado Grasa, quien ha opinado que estos años están siendo "un balón de oxígeno para la banda".


"Están en las instituciones, en el gobierno de la diputación, en ayuntamientos e incluso en el congreso de los diputados", ha lamentado esta víctima, para quien es fundamental que los terroristas cumplan íntegramente las penas que les haya impuesto la justicia.


En este sentido, ha dicho que no está de acuerdo con que se conceda el tercer grado a estas personas, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de "un paso previo a la libertad".


La delegada de la Asociación en la comunidad aragonesa, Ana López, ha explicado que el martes, además de una misa en la parroquia de San Pio X, ubicada en la plaza de la Albada, y un acto de homenaje en el parque de la Esperanza se ha convocado una campaña de donación de sangre en colaboración con el Banco de Sangre.


El lema elegido ha sido "Entonces fue por ellos, ahora es por todos. Dona sangre" y se podrá donar en el propio Banco de Sangre (Duquesa de Villahermosa 137-139) y en el centro cívico La Jota, de 9.30 a 13.30 horas.