El primer día del curso escolar, cuya normalidad apenas había sido alterada durante los últimos años por el retraso de las obras en algunos centros, las aulas prefabricadas en otros y las afecciones en el tráfico propias del mes de septiembre, sorprenderá este lunes a los centros de Educación Infantil y Primaria con movilizaciones contra los recortes y una amenaza de huelga educativa en el horizonte que prometen romper la tradicional rutina de la 'vuelta al cole'.

Más de 110.000 alumnos de entre 3 y 12 años comienzan las clases en los colegios aragoneses sostenidos con fondos públicos, en la mayoría de los cuales se han convocado movilizaciones en las que padres y docentes se manifestarán contra el deterioro de la calidad educativa y a favor de una enseñanza pública de garantías. Desde colectivos como Marea Verde e incluso las propias asociaciones de padres de alumnos han surgido iniciativas para protestar en la entrada de los centros minutos antes de las 9.00, cuando la megafonía de los colegios anuncie el enésimo reencuentro con las aulas.

Una nueva 'marea' de camisetas verdes que promete recuperar el espíritu de lucha que se extendió por los centros educativos de Aragón durante el último tramo del curso pasado, cuando las manifestaciones masivas y los encierros en colegios e institutos prendieron una llama de indignación que ni siquiera el verano ha logrado apagar. “No puede haber normalidad con los recortes y las medidas que se han aplicado en nuestra Comunidad”, apuntan desde la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Aragón (Fapar).

Los recortes en educación, el fin de la gratuidad de los libros de texto, agravado por las más de 20.000 solicitudes de becas para material escolar que se han quedado en la lista de espera, o la escasez de ayudas para el comedor escolar han irritado a una comunidad educativa que también ha sufrido el aumento del ratio de estudiantes por aula y la ampliación de horas lectivas de los docentes.

Guerra de cifras con los interinos

Estas medidas, encaminadas a reducir el gasto público, también han dejado a varios centenares de interinos sin trabajo y una guerra de cifras entre el Gobierno de Aragón y los defensores de la escuela pública. Según el departamento de Educación de la DGA la reducción afectará tan solo a 450 docentes, mientras que los sindicatos elevan la cifra por encima del millar de profesores, ya que aseguran que los números oficiales no tienen en cuenta las reducciones de jornada ni las jubilaciones que no se cubrirán.

Pero no solo los sindicatos han cargado contra las medidas de Rudi. Profesores, partidos políticos de la oposición, padres de alumnos, directores de centros educativos -amenazaron con dimitir en bloque- y hasta inspectores educativos han mostrado su desacuerdo con unos recortes que, según denuncian, atentan contra la enseñanza pública y afectan directamente a los estudiantes.

Tres nuevos centros, cinco aulas rurales menos

El nuevo curso también comienza con malas noticias para cinco pueblos aragoneses, que pierden sus aulas rurales por falta de alumnos. Los municipios turolenses de Libros, Loscos y Palomar del Arroyo y las localidades oscenses de Castigaleu y Sodeto vivirán el septiembre más triste, mientras otras 344 aulas rurales seguirán llevando la educación al medio rural aragonés, 100 de ellas con menos de 10 alumnos y 27 con menos de cinco.

Más motivos para celebraciones tienen los padres, alumnos y profesores de los tres centros que estrena este curso la Comunidad -Miralbueno, Novallas y el nuevo edificio de Primaria de Rosales del Canal- y de los otros cinco que, a pesar de crisis y recortes presupuestarios, se han beneficiado de importantes ampliaciones.