Las consecuencias de los recortes en educación auguran un inicio de curso convulso.

Las familias somos muy sensibles a lo que afecta a nuestros hijos. No entendemos muchas cosas, como que el Gobierno de Aragón no asuma que los derechos de los niños son intocables. Se puede recortar en otras muchas cosas; todavía existen muchos vividores de lo público, que además son los que encabezan las pancartas.

Llevan tiempo defendiendo que la Educación es el último sitio del que hay que recortar.

Se ha utilizado el dinero público de forma irresponsable. La sanidad, la educación y la acción social deberían ser intocables, pero el gasto en estas áreas no es eficiente. Hay espacios de ahorro importantes, pero afectan a privilegios y privilegiados, y esto hay que hacerlo desaparecer. Solo así podremos construir sobre cimientos seguros y estables.

¿Qué programas, servicios o políticas educativas consideran intocables?

Todos los derechos que tengan como referencia la socialización adecuada de los niños, la escolarización con medios suficientes, la atención a la diversidad, así como los recursos para la orientación, el transporte y los comedores escolares. Eso sí, evitando el despilfarro y utilizando adecuadamente los recursos, que hoy son muy escasos y mal organizados.

Este curso comienza con más niños, menos docentes y una mayor ratio de alumnos por clase. ¿Afectará a la calidad educativa?

Tenemos que modificar los criterios para medir dónde existen excesos y carencias. Hoy mandan los recursos y el derecho, antes que nadie, es de la sociedad. No podemos caer en la injusticia de mantener situaciones de privilegio en puestos, horas y condiciones. Las ratios no pueden depender de un número frío e igual para todos, por eso es imprescindible que los centros tengan la suficiente autonomía para tomar decisiones y los equipos docentes y las familias trabajen juntos para lograr la máxima eficiencia.

Más de 30.000 solicitudes que cumplen los requisitos económicos exigidos por la DGA se han quedado sin beca para el comedor escolar y el material curricular ¿Hasta que punto les preocupa esta situación?

El asunto de las becas tiene mucho mas significado del que parece a simple vista. Los recursos de todos no se han utilizado adecuadamente -libros prestados para todos, ayudas lineales para el comedor, las necesitasen o no- y el sistema de becas ha sido desordenado y ineficaz. El departamento de Educación ha dotado insuficiente e injustamente los fondos destinados a estas becas y no es justificable que, sobre todo en las becas relativas al comedor escolar, el ejecutivo no tenga la suficiente flexibilidad para aportar los fondos que hacen falta. Esta necesidad de las familias es prioritaria.

Algunas comunidades permitirán que los niños acudan al colegio con comida de casa. ¿Apoyan este tipo de medidas?

Fecaparagón no apoyará bajo ningún concepto la utilización del 'tupper'.Ni podemos ni debemos retroceder a este nivel, ya que al final daríamos por bueno que los chicos llevasen bocadillos o repostería industrial, sin ningún control nutritivo en calidad y en cantidad. El comedor es fundamental y estas becas deben ser más importantes que los fondos destinados a coches oficiales, asesores o liberados sindicales.

¿Cuál es la situación real de la educación aragonesa?

Llevamos mucho tiempo diciendo que nuestro sistema educativo daba muestras de agotamiento. Hoy está totalmente agotado, y eso quiere decir que también lo estamos las familias y los docentes. Se ha demostrado que la calidad y los resultados son nefastos y el resultado es la mediocridad. Nuestros jóvenes tienen carencias básicas en autonomía y valores fundamentales que les hacen vulnerables ante tasas de desempleo juvenil del 50%.

¿Es necesario lograr una mayor participación de los padres en los consejos escolares y en la toma de decisiones?

Proponemos que la familia y la escuela, padres, madres y docentes, sin injerencias políticas y sindicales, trabajemos juntos y unidos hacia un modelo donde la referencia sea el niño, exclusivamente el niño. Esto no será posible sin que los centros gocen de verdadera autonomía, acompañada de una nueva cultura de la evaluación y control, tanto pedagógico como económico.