En lo que llevamos de 2012

Aragón ha creado más de un millar de empresas

Aunque la Comunidad sigue perdiendo negocios, durante la primera mitad del año se han constituido 1.062 sociedades y las altas de autónomos crecen un 7,2% respecto a 2011.

Mercedes Gutiérrez y Lorena Gonzalvo, mujeres y autónomas
Aragón ha creado más de mil empresas este año

El tejido empresarial aragonés sigue sufriendo los efectos de la crisis, que en el último año se ha cobrado el cierre de más de 1.700 negocios en las tres provincias, pero no ha lastrado el espíritu emprendedor de los habitantes de la Comunidad. Durante el primer semestre del año se han constituido 1.062 sociedades en Aragón (825 en Zaragoza, 176 en Huesca y 61 en Teruel) y las altas de autónomos entre enero y julio han crecido un 7,2% respecto al mismo periodo de 2011. Unos datos positivos que no evitan la pérdida de empresas, pero que al menos reducen las nefastas consecuencias de la recesión económica.


Si en el segundo semestre del año continúa esta tendencia ascendente, el número de sociedades constituidas en 2012 superará las creadas durante los últimos cursos (1.843 en 2009, 1.864 en 2010 y 1.823 en 2011, según el INE). A pesar de que la situación no anima demasiado a embarcarse en nuevas aventuras laborales, a los emprendedores por vocación se les han unido los aragoneses que deciden montar su propio negocio casi por obligación.


“Hay muchos jóvenes que crean una empresa porque ven que el mercado laboral actual no les ofrece oportunidades”, explica Mariano Espallargas, director del área de Creación de Empresas de la Cámara de Comercio de Zaragoza, quien durante los últimos años ha contemplado el nacimiento de un nuevo perfil de emprendedor. “El mayor crecimiento lo han experimentado las personas mayores de 40 años, en muchos casos profesionales que se han quedado en paro y con escasas opciones de encontrar otro empleo acorde a sus necesidades. En estos casos, suelen apostar por negocios relacionados con el sector en el que han trabajado, ya que suelen contar con una gran experiencia”, indica Espallargas, quien advierte que una decisión surgida al calor de un apuro no tiene por qué ser mala aliada del éxito: “Muchas iniciativas que han surgido por necesidad han dado lugar a grandes empresas”.


“Para nosotras, el paro fue una gran oportunidad. Después de muchos años trabajando en el mundo de la comunicación nos quedamos sin trabajo, así que encontramos la mejor excusa para materializar la idea que siempre habíamos tenido”, asegura Lorena Gonzalvo, quien tardó menos de un mes en montar su propia empresa junto a su compañera Mercedes Gutiérrez. “Cuando trabajas para ti mismo valoras mucho más el esfuerzo que realizas y todos los días aprendes algo nuevo”, asegura una de las dos creadoras de Haiku, una agencia de comunicación que en sus primeros meses de vida incluso ha contratado a una trabajadora.


El problema de la financiación

En tiempos de crisis, la financiación se ha convertido en la principal enemiga de la mayoría de los emprendedores, que en ocasiones tienen que paralizar su proyecto hasta que consiguen el dinero necesario para comenzar su andadura. “Iniciativa y creatividad sobran, pero falta financiación”, analiza Pilar Andrade, presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Aragón (AJE), una entidad que a lo largo del año pasado contribuyó a la creación de una treintena de negocios en la Comunidad. “Cada semana atendemos a unos 20 jóvenes emprendedores que llegan con ideas de todo tipo, pero muchos proyectos se quedan en el camino. Ahora mismo hay medio centenar de iniciativas esperando financiación”, explica Andrade.


Precisamente para aliviar esta situación han nacido diferentes mecanismos que ayudan a los emprendedores a conseguir dinero para crear sus empresas y a los posibles inversores, a localizar líneas de negocio en las que poder obtener alguna rentabilidad. “Los bancos, que hasta ahora han sido la principal fuente de financiación de estas iniciativas, han reducido la financiación para estos proyectos”, dice Pedro Mata, gerente de Aragón Invierte, una fundación privada de iniciativa pública que comenzó a funcionar a finales de junio. “Buscamos gente dispuesta a invertir su dinero y emprendedores que quieran montar una empresa, pero no dispongan del dinero suficiente, y les ponemos en contacto”, explica el responsable del proyecto, al que las dos partes pueden acceder a través de su página web.


Vocación internacional

Otra de las características de muchas de estas empresas es que nacen con una clara vocación internacional para compensar en el extranjero las escasas oportunidades de crecimiento que ofrece el mercado nacional. “La crisis anima a los emprendedores a mirar hacia otros países, así que también ayudamos a los nuevos empresarios a encontrar fórmulas que les permitan acceder a nuevos mercados”, asegura Andrade.


Sin embargo, algunas no solo surgen con el objetivo de colocar sus productos en el extranjero, sino que nacen directamente con capital e incluso socios de otros países. Es el caso de Microhealth, una empresa especializada en soluciones tecnológicas para paciente con enfermedades crónicas cuyos seis miembros se reparten entre Zaragoza y Nueva York. “Podemos decir que ya somos una multinacional. Esto nos permite estar presentes en los dos mercados sanitarios más importantes del mundo, el americano y el europeo, y atraer a nuevos inversores”, indica Javier Gonzalo, uno de los creadores de esta compañía.