Empleo

Cuatro de cada diez jóvenes aragoneses están desempleados

La tasa de paro entre los menores de 25 años superó el 40% en 2011 y sigue creciendo. Aragón sigue por debajo de la media nacional, pero casi dobla la europea.

Dos jóvenes, en una oficina del INAEM.
Cuatro de cada diez jóvenes aragoneses están desempleados
V. L.

La crisis económica ha golpeado fuerte a toda la sociedad aragonesa, pero sus efectos se multiplican entre los menores de 25 años. Según el informe de la oficina estadística de la Comisión Europea (Eurostat) relativo a 2011, uno de cada cuatro jóvenes de la Comunidad está desempleado y las previsiones no son tranquilizadoras, ya que estas cifras siguen creciendo a un ritmo similar al de la tasa nacional, que ha aumentado siete puntos en solo un año.


Según datos del INAEM, la tasa de paro juvenil a final de 2009 apenas superaba el 30%, por lo que en solo dos años esta cifra ha crecido casi diez puntos para alcanzar el 40,1% durante el 2011 y, si la tendencia negativa durante el primer semestre de este año ha sido similar a la de todo el país, ya podría estar por encima del 45%. A pesar de las alarmantes cifras, Aragón todavía se encuentra por debajo de la media española (46,6% en el curso pasado y 53,28% en el segundo trimestre de 2012) y lejos de comunidades como Andalucía, la Comunidad Valenciana, Extremadura o Canarias, que durante el curso pasado superaron la barrera del 50%.


Sin embargo, la tasa de desempleo juvenil aragonesa casi dobla la media europea, que en 2011 se situó en el 21,4%, y todavía se encuentra más lejos de la mundial, que según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) está alrededor del 13%.


“La población joven ocupada ha descendido un 40% entre 2007 y 2011, y las previsiones no son tranquilizadoras”, indica Elena Gil, secretaria de Juventud de CC.OO. en Aragón, quien advierte de que la tasa de desempleo no es lo único que ha empeorado para este sector de la población: “Muchos se han quedado sin trabajo, pero la mayoría de los que lo mantienen lo hacen con unas condiciones laborales peores, con contratos temporales y sueldos precarios”.

La generación de la inestabilidad


“La situación de precariedad que está viviendo la juventud es preocupante y, conforme la crisis se agrave, irá a peor”, alerta Víctor Reloba, presidente del Consejo de la Juventud de Zaragoza. “Si no hay estabilidad, no se pueden hacer planes de futuro”, continúa Reloba, quien destaca que al desempleo que sufren muchos aragoneses se ha unido el final de políticas de ayudas a jóvenes como la Renta Básica de Emancipación.


“Hoy en día es complicado irte de casa de tus padres, aunque sea a un piso de alquiler. Cuando te sale un trabajo suele ser algo temporal que no te garantiza los ingresos necesarios a largo plazo y si estás en el paro, lo mejor es ahorrar lo que puedas. Por si acaso...”, dice Alejandro Cardenal, licenciado en Derecho y desempleado.


En ocasiones, estos jóvenes cuentan con el apoyo de sus familias y pueden vivir con sus padres, pero la situación de muchos hogares está haciendo peligrar incluso esa garantía de relativa estabilidad. “Muchas redes familiares están deterioradas por la crisis, por lo que hay jóvenes que incluso tienen que aportar algo a la economía del hogar porque el resto de miembros están en el paro”, asegura Reloba.

Menor formación, más desempleo

Aunque los menores de 25 años han sufrido un duro golpe durante los últimos años, los más afectados por la crisis han sido los aragoneses de entre 16 y 19 años con un nivel de formación bajo. “La gente que abandonó los estudios para trabajar en sectores como el de la construcción o la industria se ha quedado ahora sin salidas”, asegura la secretaria de juventud del sindicato.


Sin embargo, ni si quiera una buena formación asegura un trabajo a los más jóvenes. “Estamos ante la generación más preparada de la historia de nuestro país y, en cambio, no hay oportunidades para ellos”, explica Gil. “Muchos reciben una formación que luego no tienen la opción de utilizar”, completa Reloba, muy preocupado por los alarmantes datos de fuga de cerebros que hay tanto en España como en Aragón.