El número de personas atendidas por Cruz Roja, 94.000 en Aragón el año pasado, sigue creciendo como consecuencia de la crisis económica, que ha aflorado fenómenos como la llamada "pobreza vergonzante" o el incremento de los niños que viven en hogares por debajo del umbral de la pobreza.

Así lo han puesto hoy de manifiesto responsables autonómicos de esta organización, que han presentado la memoria de actividad de 2011, los datos del boletín de vulnerabilidad social dedicado a analizar el impacto de la crisis en las personas atendidas y la campaña "Ahora más que nunca", con la que Cruz Roja hace un llamamiento a la solidaridad de entidades públicas y privadas.En cifras

El coordinador autonómico de Cruz Roja en Aragón, Fernando Pérez, ha especificado que en 2011 Cruz Roja atendió en la comunidad 94.177 usuarios, contó con la colaboración de 47.399 socios y la participación de 14.079 voluntarios.

A través de los programas de lucha contra la pobreza y exclusión social, ha atendido a 4.287 personas, pero otras 4.606, usuarias de los programas de intervención social, han tenido que recibir apoyo adicional en forma de comida, productos de higiene o vestuario con motivo de la crisis.

A través del programa de alimentos para la solidaridad, repartió casi un millón de kilos de alimentos entre 19.323 personas.

El pasado 8 de mayo, el Comité Nacional de Cruz Roja decidió hacer un llamamiento de ayuda, la primera vez que se realiza un llamamiento de emergencia social para España.

Ante la preocupante situación de crisis, la organización quiere atender en lo que queda de este año y el próximo a 300.000 personas más en el país, para lo que prevé que será necesario recaudar 30 millones de euros.

El objetivo es evitar situaciones de exclusión social, facilitando el acceso de la alimentación, la escolarización, las condiciones de habitabilidad e higiene, la atención a las personas "sin hogar" y a los jóvenes sin empleo y en riesgo, y la capacitación de parados.

Problemas que se ponen de manifiesto, ha dicho Pérez, en los resultados del boletín de vulnerabilidad, del que se desprende que, a nivel nacional, un 75 por ciento de las personas atendidas por la organización están por debajo del umbral de la pobreza.

Un 55 % de los atendidos vive en hogares con todos sus miembros en paro, el 43 % no puede poner la calefacción en invierno y en el 26,3 % no se pueden comer alimentos con proteínas tres veces por semana.

El perfil de las personas atendidas por Cruz Roja se ha diversificado estos años y ha surgido un nuevo problema, el de la "pobreza vergonzante", que afecta a personas que tenían una vida absolutamente normalizada pero a las que una larga situación de desempleo les ha abocado a una situación insostenible y en la que tienen que pedir ayuda para subsistir.Esfuerzo suplementario

Por eso, Cruz Roja debe hacer un esfuerzo suplementario con estas personas, por sus especiales aspectos psicológicos y la carga emocional que conlleva su situación.

Otros nuevos escenarios generados por la crisis son el incremento "tremendo" de la pobreza infantil o el de mayores que se ven obligados a acoger en sus casas a sus hijos y nietos.

El secretario provincial de Teruel, Gregorio Vicente, ha expuesto por su parte la memoria económica de 2011, año en el que la entidad tuvo un gasto de 12,15 millones de euro, más otros 1,49 en inversiones de edificios, instalaciones y vehículos.

Cruz Roja tiene tres vías de financiación: la prestación de servicios a administraciones y particulares, las subvenciones públicas y las aportaciones de particulares, partida ésta última que supone casi el 30 % de sus ingresos.

Mientras las dos primeras patas tienden "claramente" a disminuir (la primera en torno a un 20 % y la segunda entre un 10 y un 15 %), las aportaciones de particulares se mantienen e incluso se incrementan, ha dicho Vicente, lo que demuestra el "compromiso serio y continuado" de los aragoneses con Cruz Roja.

Para seguir contando con ellos, se van a poner en marcha acciones extraordinarias de captación de fondos, también en especie, como una campaña para conseguir material para la vuelta al colegio, en septiembre, de los niños de familias más desfavorecidas.