Repoblación

Aragón busca emprendedores para frenar la despoblación

Las asociaciones de desarrollo rural apuestan por la creación de negocios para revitalizar los pueblos, ya que la crisis ha frenado las iniciativas de algunas localidades que ofrecían vivienda y empleo a familias.

Castelnou organizó un encuentro para atraer a familias al pueblo
Aragón busca emprendedores para frenar la despoblación
J. M. MARCO

Localidades aragonesas como Aguaviva, Morata de Jiloca, Fuentes de Rubielos o Castelnou colocaron su nombre en el mapa de la lucha contra la despoblación gracias a multitudinarias convocatorias en las que ofrecían puestos de trabajo o viviendas a aquellas familias dispuestas a trasladarse al medio rural. Unos años después del auge de estas iniciativas sigue habiendo una larga lista de personas interesadas en comenzar una nueva vida lejos de la ciudad, pero la crisis económica ha dejado a muchos de estos municipios sin su principal reclamo a la hora de atraer nuevos vecinos: el empleo.


De esta forma, las asociaciones de desarrollo rural apuestan por los emprendedores para solucionar una situación que es cada vez más grave en Aragón, donde durante el año 2010 no nació ningún niño en 315 localidades y el envejecimiento crónico de la población ha hecho saltar todas las alarmas. “Todas estas iniciativas surgían en pueblos cuya situación ya era extrema, como un último intento de atraer familias que permitieran no perder servicios como la escuela”, indica Javier Blasco, gerente de la Red Aragonesa de Desarrollo Rural (RADR).


Sin embargo, los expertos alertan de que un parche no es suficiente para tapar el enorme agujero de la despoblación. “Un Ayuntamiento hace lo que puede para fijar población, pero estos remedios superficiales no solucionan el problema de fondo”, señala Eva González, coordinadora de Abraza la Tierra, un proyecto de ámbito nacional con presencia en seis comarcas aragonesas -Maestrazgo, Gúdar-Javalambre, Bajo Aragón, Matarraña, Sierra de Albarracín y Cinco Villas- cuyo objetivo es informar, asesorar y prestar apoyo a emprendedores que quieran trasladarse al medio rural.

Los motivos

En este plan de desarrollo, basado en la creación de negocios en los pueblos, el programa Leader cobra una especial importancia. Y es que Aragón fue pionera en la implantación de esta iniciativa de la Unión Europa para el desarrollo rural que comenzó en 2007 y que ya ha ayudado a poner en marcha 2.342 proyectos en la Comunidad. En total, estas ayudas -pagadas al 50% entre la Unión Europea y la DGA- han dejado 49.807.614,42 euros en Aragón. Además, gracias a los negocios alumbrados al calor de estas subvenciones se han creado 1.192 empleos de los que se han beneficiado 692 mujeres, 500 hombres y 184 jóvenes.


El objetivo no es que una familia se mude a un pueblo por desesperación y al cabo de un tiempo vuelva a la ciudad, sino lograr que alguien se asiente y genere trabajo para revitalizar el tejido social”, asegura la coordinadora de Abraza la Tierra, entidad que ha registrado un aumento de hasta el 80% de la gente dispuesta a trasladarse al ámbito rural.


Sin embargo, los expertos advierten de que el regreso a los pueblos no deber ser una huida de los problemas económicos que atraviesan muchas familias. “Tiene que ser una decisión meditada y madurada, pues hay mucha gente que decide dar este paso por desesperación y nunca se adapta a este tipo de vida”, indica Eva González, encargada de un proyecto que durante los últimos años ha logrado que 86 familias y 190 personas se hayan asentado en diferentes localidades aragonesas.

Repoblar de forma responsable


Nuestro objetivo es repoblar el medio rural, pero de una forma responsable. Informamos, asesoramos y ayudamos a las familias que quieren trasladarse a un pueblo para montar su propio negocio o asumir puestos de trabajo que, por jubilaciones u otros motivos, han quedado vacantes”, afirma González.


También hay empresarios que trasladan sus negocios al medio rural, sobre todo en localidades bien comunicadas o cercanas a las grandes ciudades. “Conozco casos de arquitectos o ingenieros que pueden trabajar desde casa y deciden mover su oficina a un pueblo, donde tanto la vivienda como los locales son mucho más baratos, y van a la ciudad solo cuando lo necesitan”, explica la coordinadora de Abraza la Tierra, que también cuenta con una bolsa de trabajo en la que publican ofertas de empleo y posibles negocios en sus zonas de influencia.


En la misma línea trabaja la Asociación contra la Despoblación, que hace ya más de dos años comenzó a poner en contacto a las familias interesadas en trasladarse al medio rural con localidades dispuestas a recibirlos. Sin embargo, la situación económica ha invertido la tendencia. Mientras hasta hace unos años los pueblos buscaban vecinos, ahora se ven obligados a rechazar las decenas de llamadas que siguen recibiendo.


“Ya no hay trabajo, así que este tipo de iniciativas han dejado de tener sentido”, asegura Luis Bricio, alcalde de la localidad turolense de Aguaviva, una de las pioneras en este tipo de proyectos de repoblación. “Comenzamos hace una década y hemos logrado que 30 o 40 de las familias que han llegado se queden en el pueblo”, explica Bricio, quien hasta hace pocos meses seguía recibiendo llamadas de gente interesada en trasladarse al municipio. “El medio rural vive una situación muy complicada, ya que cuando se reactive la economía el empleo se volverá a generar en las ciudades”.