La "persistencia" en la pobreza de las familias aragonesas que se encuentran en riesgo de exclusión social a causa de los efectos prolongados de la actual crisis económica es uno de los principales motivos de alerta para los responsables de Cáritas en Aragón.

Así lo ha asegurado hoy en rueda de prensa el presidente de esta organización humanitaria en Aragón, Carlos Sauras, durante la presentación de la Memoria de Cáritas de 2011, que cifra en cerca de un 14 % el porcentaje de población en la Comunidad que vive bajo el umbral de la pobreza absoluta y en un 5 % la que está afectada en términos absolutos.

Sauras ha explicado que 2011 ha sido un año "muy duro" para las familias en situación de riesgo de exclusión y ha advertido de que las previsiones para 2012 no son positivas debido a las dificultades existentes para acceder a los mecanismos de inclusión, el empleo y la vivienda.

El responsable de Cáritas en Aragón se ha mostrado "decepcionado" con la respuesta de las administraciones ante la "epidemia social" provocada por la crisis, y ha demandando que los recortes no sólo no afecten a las políticas para hacer frente a la exclusión social sino que se refuercen.

A su juicio, "cuando pase la crisis, a la sociedad se le juzgará no porque haya salvado a sus bancos sino por la dignidad con la que hayan sido tratados los más necesitados".

Los datos de la Memoria de Cáritas han sido detallados por el secretario regional de la organización, Francisco Yagüe, que se ha servido de indicadores externos para alertar del progresivo crecimiento de los índices de pobreza absoluta y relativa en Aragón, situadas en el 4,96 % y el 13,6 %, respectivamente.

Ha señalado, además, que en su último informe, la Red de Personas en Riesgo de Pobreza y/o Exclusión advierte de que en Aragón casi un 16 % de su población se enfrenta en la actualidad a esta situación.

En cuanto a las actuaciones desarrolladas por Cáritas, Yagüe ha destacado que aunque el número de personas atendidas disminuyó en 2011 un 4 % respecto al año anterior, su situación económica era de mayor precariedad y deterioro social.

La prolongación en el tiempo de esta situación debido a la crisis, con familias que llegan a acumular periodos de hasta 6 años en situación de exclusión, ha obligado a Cáritas a adaptar sus programas de inserción a la nueva realidad surgida.

Según ha explicado, "son situaciones de progresivo empeoramiento de la economía doméstica que llevan aparejadas una mayor precarización de la vivienda, el deterioro de la red social, un aumento de la desmotivación y el desgaste psicológico de las personas atendidas".

En su opinión, la crisis no sólo ha provocado un deterioro en las relaciones personales y sociales de las familias aragonesas afectadas sino que ha agravado la situación de desigualdad entre "ricos y pobres" y roto el clima de cohesión social existente antes de estallar la crisis.

Ha añadido que la falta de empleo o de vivienda genera entre las familias desmotivación, "rompe" su autoestima, deteriora sus relaciones y los introduce en una "espiral" que les conduce hacia la exclusión.

A pesar de las dificultades para acceder al mercado laboral, Cáritas destinó el año pasado 1,5 millones de euros a programas de inserción sociolaboral de los que se beneficiaron 2.507 personas.

Para hacer frente a sus distintos programas, Cáritas Aragón dispuso en 2011 de un presupuesto de 9,1 millones de euros, de los cuales 1,5 se destinaron a ayudas directas a las personas más necesitadas.

Los equipos de Cáritas atendieron a lo largo del año pasado a un total de 20.773 personas en situación de riesgo o afectadas por distintos niveles de pobreza, y distribuyeron las ayudas directas entre emigrantes (793), personas sin hogar (4.338), mujeres (622), dependientes y discapacitados (584), familias sin ingresos (6.910), infancia (404) y presos (79).