PROTAGONISTAS

La Historia ha resevado la categoría de mitos de Los Sitios a Palafox y Agustina de Aragón, pero no fueron, ni mucho menos, las únicas personas que destacaron en esta contienda preeminentemente civil. Nombres como el padre Boggiero, Casta Álvarez, Mariano Renovales, Manuela Sancho y un largo etcétera, tan cotidianos en el callejero de Zaragoza, también merecen ser recordados.

General Palafox

(Zaragoza, 1775 - Madrid, 1847)

José Rebolledo Palafox y Melci era el tercer hijo de los marqueses de Lazán. Estudió en las Escuelas Pías de Zaragoza, donde el padre Boggiero ejerció como su preceptor. Luego ingresó en la guardia personal del rey Carlos IV. Antes de los levantamientos del 2 de mayo, fue testigo de los sucesos de Aranjuez mientras custodiaba al presidente Manuel Godoy. Cuando la Familia Real se trasladó a Bayona, llegó hasta allí y trató de formar una regencia con el infante Antonio (hermano menor de Carlos IV), pero fue descubierto y escapó a Zaragoza.

El pueblo zaragozano se sublevó el 24 de mayo de 1808 y un grupo de labradores del Arrabal, con el tío Jorge a la cabeza, le entregaron al general la Capitanía General de Zaragoza.Tras los dos Sitios de Zaragoza los franceses lo apresaron y encarcelaron en el castillo de Vincennes (junto a París). Fue puesto en libertad en 1813, cuando regresó a España y se intaló en Madrid. Se casó con Francisca Soler y Durán, de cuyo matrimonio nació Francisco Pilar Mariano de Rebolledo Palafox. El general se alejó de la vida oficial, pero fue utilizado por la monarquía como "comodín liberal" cuando la situacion de la Corona se tornaba crítica.

Fue arrestrado por participar en la conspiración ‘La Isabelina’ y, aunque proclamó su inocencia, no fue absuelto hasta un año más tarde. Murió en 1847 y fue enterrado en la iglesia de Atocha de Madrid, sede entonces del Establecimiento de Inválidos que presidía. En 1902 sus restos fueron trasladados al Panteón de Hombres Ilustres de Madrid y, desde 1958, sus restos descansan en la cripta de la Basílica del Pilar.

Agustina de Aragón

(Barcelona, 1786 - Ceuta, 1857)

Agustina Raimunda Zaragoza y Doménech era la hija de un matrimonio leridano que se trasladó a Barcelona. A los 15 años se casó con Juan Roca, artillero de 22 años. Él tuvo que ir a Zaragoza para defender la ciudad en la Guerra de la Independencia y ella le acompañó. El 2 de julio, vio cómo los franceses habían acabado con toda la defensa zaragozana, dejando una brecha perfectamente abierta para entrar en la ciudad. Agustina pasaba entonces al lado de un sargento que estaba colocando un botafuego para disparar un cañón, pero los franceses le dispararon y cayó muerto. La heroína prendió el cañón y la bomba hizo estragos ante el enemigo. Su acto supuso una gran inyeccion de moral entre la maltrecha tropa aragonesa. Palafox, presente en aquel momento histórico, quitó las jinetas al sargento fallecido y se las colocó a Agustina.

Tras la capitulación, fue hecha prisionera y trasladada a Francia con su marido y su hijo, pero el niño murió. A su regreso a España participó en varios combates, hasta que su marido falleció. En 1823 se marchó a Almería y se casó con Juan Cobos, con el que tuvo una hija llamada Carlota. Terminó sus dias en Ceuta, donde fue enterrada. Veintitrés años más tarde, sus restos se trasladaron a Zaragoza, a la cripta del Pilar, hasta que en 1908 se realizó su enterramiento definitivo en el Panteón de las Heroínas de la Iglesia del Portillo.

Condesa de Bureta

(Gerona, 1775 - Zaragoza, 1814)

Consolación Azlor y Villavicencio se casó en 1795 con Juan Crisóstomo López Fernández de Heredia, barón de Salillas, por lo que establecieron su domicilio en Zaragoza. Un año después se les concedió el condado de Bureta. En 1805, murió el conde y Consolación conoció a Pedro María Ric, barón de Valdeolivos. Tras distinguirse ambos en el primer Sitio se casaron el 1 de octubre de 1808. En el segundo Sitio también defendió activamente Zaragoza, poniendo su casa a disposición de quien lo necesitara, reclutando gente e incluso organizando baterías. A su muerte, fue enterrada en la Iglesia de San Felipe.

Duquesa de Villahermosa

(Madrid , 1754 - ibidem, 1816)

María Manuela de Pignatelli y Gonzaga, princesa del Sacro Imperio, ya viuda de don Juan Pablo de Aragon Azlor y Zapata de Calatayud, residía en la Corte cuando comenzó la contienda. Después de los sucesos del 2 de mayo en Madrid, se enteró del levantamiento de Aragón encabezado por su sobrino José Palafox. Su reacción fue inmediata: reunió a sus hijos, José Antonio y Juan Pablo, y les dijo: "Allí está nuestro deber, a Zaragoza". Fue distinguida por sus visitas a las baterías para gratificar a los artilleros y por poner su patrimonio al servicio de la causa de Zaragoza.

Casta Álvarez

(Zaragoza, 1786 - Cabañas de Ebro, 1846)

La maña Casta Álvarez nunca fue herida en combate pero destacó por su impulso a la hora de la lucha. Después de la guerra se casó con un agricultor de Cabañas de Ebro, al que sobrevivió muchos años y del que no tuvo descendencia.

Su vida tomó un cariz de discreción tras el histótrico enfrentamiento, hasta tal punto que su personaje ha sido pasto de las más variadas leyendas. Hay quien dice que era tomada por loca y que la gente se mofaba de ella; otros cuentan que incluso cuando iba a Zaragoza a cobrar la pensión de guerra, los empleados de la contaduría se aprovechaban de su indefensión y se quedaban el dinero. En el centenario de Los Sitios, sus restos se trasladaron a Zaragoza tras un digno funeral en Cabañas, donde se dio su nombre a la calle en que vivió (lo mismo se hizo en Zaragoza). Ahora descansa en la Capilla de las Heroínas de Iglesia del Portillo.

Padre Sas

(Zaragoza, 1774 - ibidem, 1809)

Santiago Sas y Casayau destacó en la defensa de la puerta del Carmen, el Portillo, la calle del Dr. Palomar y los puntos de mayor riesgo. Era el presbítero beneficiado de la parroquia de San Pablo, donde formó dos compañías de escopeteros voluntarios. Compañero del padre Boggiero, murió junto a él y de la misma manera indigna la noche del 24 de febrero de 1809, cuando los franceses, tras jurar que no dañarían a ninguna persona tras la capitulación, los detuvieron a traición, los asesinaron y los tiraron al Ebro.

Manuela Sancho

(Plenas, 1783 - Zaragoza, 1863)

"Recomiendo con particularidad a Manuela Sancho que, tanto en el ataque del día treinta y uno de diciembre del año pasado, como en el de ayer sirvió de artillería y mortero como pudiera haberlo hecho el mejor artillero". Así informó el nada dado a los halagos Mariano Renovales a Palafox acerca del comportamiento de la heroína en la defensa del convento de San José.

Hasta tal punto llevó su arrojo que, en una de las afrentas, fue dada por muerta y sepultada por montones de cadáveres. Tras ser rescatada, pudo recuperarse de las heridas en el vientre por cuya curación nade apostaba. Se casó tres veces y no tuvo descendencia. A su muerte, el Ayuntamiento de Zaragoza organizó un multitudinario entierro, reflejo de la estima que se tenía por la última heroína. En 1908 se trasladaron sus restos del cementerio de Torrero a la cripta de la Iglesia del Portillo.

Tío Jorge

(Zaragoza, 1755 - ibidem, 1808)

Jorge Ibor Casamayor era un labrador que vivía en el Arrabal. Bajo de estatura, robusto y de cuello muy corto (en el vecindario le conocían como "cuellocorto"), ostentaba cierta autoridad sobre sus convencinos porque era de los pocos que sabía leer y escribir. En casi todos los grabados aparece con ropas de labrador y un trabuco. Eso sí, luciendo por encima sus dos charreteras de capitán y un sable colgado del cinto. Defendió activamente el Arrabal frente a las tropas del francés Murat.

Mariano Cerezo

(Zaragoza, 1739 - ibidem, 1809)

Labrador de la parroquia de San Pablo, formó parte del grupo de agricultores que participó en los movimientos iniciales de la guerra de 1808. Los escopeteros que estaban bajo su mando eran, como los del Padre Sas, los que acudían a los lugares más comprometidos. Así, Cerezo lideró la defensa de la Aljafería durante el primer Sitio.

En el segundo Sitio, participó en las negociaciones para rendir Zaragoza. Murió de una epidemia nada más terminar la contienda.

Mariano Renovales

(Arcentales, 1774 - La Habana, 1820)

El militar Mariano de Renovales combatió a los franceses en los dos Sitos de Zaragoza. Sin embargo, tras el regreso de Fernando VII en 1814 fue acusado de conspirar contra el absolutismo y condenado a muerte tres años mas tarde. Resulta irónico que fue en Francia donde se refugió y recibió amnistía.

María Agustín

(Zaragoza, 1784 - Alagón, 1831)

Procedente de una familia muy humilde de la parroquia de San Gil, tuvo que ponerse a servir de niña en una casa del barrio de San Pablo, donde conoció a Pedro Roncal, otro de los criados. Se casaron en 1805. Ya durante la guerra, María se encargó de labores logísticas, y fue ejerciendo esta tarea cuando sufrió una grave herida en el cuello, pese a la cual continuó con sus obligaciones en el frente.

Fue poco afortunada en el reparto de las pensiones de la guerra hasta 1815, cuando Palafox le concendió esa gracia. Fue la única zaragozana calificada como "impedida de un balazo". En 1819 murió Pedro y en 1824 se casó con Antonio Guisán, con quien se trasladó a Alagón hasta su muerte. Está enterrada en el fosal de San Pablo.





Antonio Sangenís

(Albelda, 1767 - Zaragoza, 1809)

Teniente de infantería, Antonio Sangenís Torres trató de convertir a Zaragoza (territorio llano) en un lugar de fortificación de campaña. Organizó el sistema de defensa durante los dos Sitios, y el resultado fue que Zaragoza nunca fue conquistada, sino que capituló extenuada por la epidemia y el agotamiento de víveres y municiones.

Josefa Amar y Borbón

(Zaragoza, 1753 - ibidem, 1833)

Escritora y pedagoga, perteneció a una familia aragonesa culta y bien situada. Se la considera una de las principales figuras de la Ilustración española y precursora del feminismo. También fue socia de mérito de la Real Sociedad Aragonesa de Amigos del País. Se dice que su gesta más heroica, además de la ayuda económica a la resistencia, la ejerció como espía política para el general Palafox.

Madre Rafols

(Villafranca del Penedés, 1781 - Zaragoza, 1853)

María Josefa Rosa Rafols Bruna formó parte en su juventud de un grupo de caridad que atendía el hospital de San Pablo de Barcelona. En 1804 trabajaba en el Hospital Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza, que en 1808 fue quemado por las tropas francesas.

Los enfermos tuvieron que trasladarse a la Casa de Misericordia. La piedad de la Madre Rafols durante la contienda es de sobra demostrada, incluso imploró socorro al mariscal francés Lannes para los acogidos (que llegaron a ser más de seis mil). Este les dio agua, alimento y un salvoconducto para recoger los restos de las reses que les servían a ellos de sustento. En 1811 renunció a ser superiora de la Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén. Poco después fundó junto a Juan Bonal la Congregación de Hermanas de la Caridad de Santa Ana. Fue beatificada por Juan Pablo II en 1994.

Felipe Sanclemente

(Barbasto, 1758 - Zaragoza, 1815)

Era comerciante y Diputado del Común del Ayuntamiendo de Zaragoza. En el primer Sitio fue nombrado vocal de la Junta Militar por Palafox, sacrificó sus pertenencias para los gastos de la defensa y tomó parte en el combate. Fue alcanzado por una bala en la rodilla e inutilizado para la afrenta. Desde entonces se vio obligado a caminar con muletas. Cuando acabó la guerra se refugió con su mujer en Cádiz, y desde allí escribió ensayos satíricos sobre la situación política. Cuando los franceses abandonaron España, regresó a Zaragoza, donde fue nombrado administrador de aduanas.

Ignacio Jordán Asso y del Río

(Zaragoza, 1742 - ibidem, 1814)

Ignacio Jordán Claudio de Asso y del Río ('Melchor de Azagra') fue asesor de Palafox en los dos Sitios y se encargó de redactar durante esos meses la Gazeta Extraordinaria de Zaragoza, contribuyendo con sus informaciones, a veces de forma importante, a mantener y alentar la resistencia popular. Su papel como importante personaje de los Sitios está un tanto olvidado, pero no ocurre así con su legado científico. De hecho, su efigie es una de las más vistas por los zaragozanos, pues se trata de una de las esculturas de la escalinata del Paraninfo.

Lorenzo Calvo de Rozas

(Ranero, 1774 - Madrid, 1850)

Comerciante y banquero, nunca combatió. Llegó a Zaragoza huyendo de los alzamientos de Madrid, pero acabó siendo nombrado por Palafox corregidor de la ciudad e intendente del Reino y Ejército de Aragón, además de secretario de las Cortes. Pero su carácter agrio hizo que se granjeara enemistades por lo que que, según los biógrafos, el general acabó deshaciendose de él.

Pedro María Ric

(Fonz, 1766 - ibidem, 1831)

De familia acomodada, formó parte de casi todas las Juntas creadas para regularizar la defensa de Zaragoza y presidió la de la capitulación. Durante su vida consiguió numerosos títulos nobiliarios. Se casó con la condesa de Bureta y, tras la guerra, se fueron a Valencia, donde nació su única hija. Cuando su esposa murió, se dedicó por entero a la política.

Juan Martín de Goicoechea

(Bacaicoa, 1732 - Zaragoza, 1806)

Propietario del molino de Goicoechea, cuyos restos están distribuidos en el parque Bruil, fue el gran benefactor de Zaragoza a finales del siglo XVIII y amigo íntimo de Francisco de Goya.

Padre Boggiero

(Celle (Italia), 1752 - Zaragoza, 1809)

Basilio Boggiero Spotorno fue llamado por su hermano Andrés, oficial del ejército español, para viajar a Zaragoza, siguiendo así los deseos de su familia de convertirse en militar. Sin embargo, su vocación sacerdotal lo llevó a estudiar y a prepararse para su carrera clerical.

Los Marqueses de Lazán y de Callizar, padres de los Palafox, consiguieron que Boggiero obtuviese permiso para trasladarse a su domicilio y convertirse en el profesor de los tres hijos del matrimonio: Luis, Francisco y José.

Desde que Palafox volvió a Zaragoza con el intento de levantar el reino de Aragón contra los franceses, Boggiero fue su consejero, ya que, acostumbrado desde su niñez a oírle, era una de las únicas personas de las que aceptaba consejo. Al padre Boggiero se le atribuye el famoso manifiesto del 31 de mayo de 1808 en el que se declara la guerra a Francia.

Tres días después de la capitulación zaragozana, fue aprehendido y asesinado por los franceses junto al padre Sas.

Barón de Warsage

(Calatayud, 1759 - Zaragoza, 1809)

José de L'Hotellerie de Fallois y Fernández de Heredia, más conocido como el Barón de Warsage, nació en Calatayud de familia nombre procedente de Lieja. En 1808 Palafox le encomendó la tarea de reclutar y organizar una columna con la que salvaguardar el polvorín de Villafeliche y defender los valles del Jalón y del Jiloca. Tras los combates de Épila y Tudela, fue nombrado Jefe del Estado Mayor del Ejército de Aragón. Murió tratando de cruzar el Puente de Piedra de la capital aragonesa para frenar el avance francés en la ciudad.

Padre Consolación

(Villafeliche, 1769 - Luceni, 1809)

José Consolación fue uno de los consejeros de confianza, junto con Boggiero, de Palafox. Fue apresado por los franceses el 30 de noviembre de 1809 y encarcelado en la Aljafería. De allí salió el 8 de diciembre. Los soldados franceses lo llevaron a los alrededores de Luceni, lo asesinaron y lo tiraron al Canal Imperial. Siete años más tarde, sus restos salieron a flote en el mismo lugar; fueron depositados en la iglesia de Luceni hasta que se inhumaron definitivamente en su convento, el de Agustinos Descalzos.

Otros personajes destacados:

Además, otros héroes y heroínas aragoneses fueron: Josefa Vicente, María Lostal, María Blánquez, Juliana Larena, Joaquina Plaza, María Artigas, Catalina Mondragón, Luis Palafox, Manuel Sobral, José de la Hera, Tadeo Ubón, Antonio y Jerónimo de Torres Jimeno, Vicente Bustamante, José Obispo, Pedro Betrón o Mariano Galindo, entre muchos otros.

En el bando francés hubo cuatro personas con gran importancia durante los Sitios de Zaragoza.

Charles Lefebvre Desnouettes

(París (Francia), 1773 - Océano Atlántico cerca de Irlanda, 1822)

Ayudante de campo de Napoleón, llegó a ser general de brigada. En 1808 fue destinado a España, donde tomó el mando de las fuerzas sitiadoras en dos periodos (15 - 26 de junio y 4 -14 de agosto de 1808). Fue condenado a muerte por rebeldía en 1815 y huyó a EE.UU. Años después, ya enfermo, solicitó al embajador francés en Washington regresar a Francia, pero murió a bordo del buque 'Albión' antes de reencontrarse con su familia.

Juan Antonio Verdier

(Tolouse (Francia), 1767 - Mâcon (Francia), 1839)

Tras una fructífera carrera militar, fue nombrado gobernador de Mansourah en la batalla de Egipto. Llegó a ser general de División. Tomó parte en el primer Sitio al mando de su división desde el 26 de junio hasta el 4 de agosto. Aunque fracasó, fue condecorado con la medalla de caballero San Luis y Napoleón le nombró barón de Verdier. Su esposa, experta amazona, le acompañó en alguna expedición, lo que contribuyó a ensalzar el talante popular del militar.

Bon Adrien Jeannot de Moncey

(Palise (Francia), 1754 - París (Francia), 1842)

Pese a la oposición de su familia, emprendió una carrera militar en la que alcanzó el rango de capitán y general de División. Obligó al Gobierno español a firmar la paz de Basilea en 1795. Ya como mariscal del Imperio y duque de Conegliano, volvió a España, donde dirigió a sus tropas en el segundo asedio entre el 21 y el 31 de diciembre de 1908. Tras la abdicación de Napoleón fue nombrado Par de Francia por Luis XVIII.

Jean Lannes

(Lectoure (Francia), 1769 - Ebersdorf (antiguo Imperio austríaco), 1809)

Pasó de ser aprendiz en una tintorería a general de división, embajador de Portugal y mariscal del Imperio. Sus servicios le hicieron merecedor de un principado en Polonia y del ducado de Montebello. Pese a todo, tenía fama de grosero e inculto. Se hizo cargo del ejército desde el 22 de enero de 1809 hasta la rendicion zaragozana. Fue redactor del acta de capitulación.




BATALLAS

Los Sitios de Zaragoza fueron dos asedios sufridos por la ciudad de Zaragoza durante la Guerra de la Independencia. La plaza era clave para garantizar las comunicaciones del noreste y el abastecimiento de las tropas en Cataluña, así como para controlar Aragón. Por ello, tras la sublevación de la ciudad a consecuencia de los sucesos del Dos de Mayo de 1808, se envió a un ejército a restablecer el control de la ciudad. Aunque las tropas francesas eran superiores en número y armamento, la ciudad resistió.

Sin embargo, a finales de año, los franceses regresaron en mayor número, reanudándose el Sitio. A pesar de la feroz resistencia, inmortalizada por varios cronistas de la época, como Benito Pérez Galdós, la ciudad, diezmada por la guerra y las epidemias derivadas del asedio, capituló finalmente el 29 de febrero de 1809.

Primer Sitio

Las tropas francesas se presentaron en las afueras de Zaragoza. Tras algunas escaramuzas en Casablanca y en los puentes sobre el Canal Imperial, los franceses lanzaron un gran asalto simultáneo contra tres puntos, dando comienzo así el primer Sitio.

1. La batalla de las Eras

El ataque francés se concentra en la puerta del Portillo y el cuartel de Caballería, la puerta del Carmen y la puerta de Santa Engracia. Fueron rechazados en todos ellos menos en Santa Engracia, por donde un escuadrón de caballería polaca logró penetrar hasta la plaza del Portillo. Allí, el arrojo de los zaragozanos lo detuvo y el ejército francés comenzó la retirada.

2. Los franceses llegan al Coso

Los franceses intentaron dividir la ciudad en dos. Entraron por la puerta de Santa Engracia, ocuparon el monasterio como cuartel general y pidieron la rendición. Sin embargo, los zaragozanos continuaron luchando y lograron que el ejército galo se retirara provisionalmente.

Segundo Sitio

Comenzó el 21 de diciembre de 1808. El Ejército francés, consciente de la importancia estratégica de Zaragoza y del impacto moral que tenía la resistencia de la ciudad ante sus soldados, regresó a la capital aragonesa con numerosas tropas comandadas por el general Lannes.

3. Ataque francés al convento de Santa Engracia

En la zona de Santa Engracia, las columnas francesas entraron por una brecha de la muralla y ese mismo día lograron apoderarse del convento, al tiempo que amenazaban las posiciones españolas en la Torre del Pino.

4. Toma de La Magdalena y Las Tenerías

Los franceses ocuparon el convento de San Agustín. Gracias a eso pudieron avanzar rápidamente por la calle Quemada (actualmente Heroísmo) llegando hasta el Coso. La población de Zaragoza expulsó a los invasores.

5. La conquista del Arrabal

Cayeron el Arrabal y el convento de San Lázaro. Por primera vez los franceses consiguieron capturar un considerable número de prisioneros. En la ciudad, las enfermedades se cobraban hasta 700 víctimas diarias. Los combatientes se encontraban sin fuerzas y los altos mandos decidieron que era el momento de capitular.




LUGARES EMBLEMÁTICOS

Doscientos años no son nada desde el punto de vista histórico. Por eso, Zaragoza todavía guarda vestigios de la gesta de 1808 en multitud de rincones de lo que fue la ciudad de entonces, que ahora es el Centro y el Casco antiguo.

1. Impactos de artillería en la parte este del Pilar (Calle del Milagro de Calanda)

La Virgen del Pilar era uno de los baluartes morales de los zaragozanos en la defensa de la ciudad. Por eso, los franceses, conocedores del exacerbado catolicismo español, no tuvieron ningún reparo en atacar su Basílica. Aún quedan impactos de artillería en las parades externas, especialmente notables en la del este y en la que da al Ebro. El templo fue refugio de los zaragozanos sin casa hasta llegar al hacinamiento, por lo que Palafox llegó a prohibir la entrada a quien no se pudiese desplazar por sus propios medios.

2. Lugar exacto del asesinato de los padres Boggiero y Sas

Una cruz en la mitad del Puente de Piedra (en un saliente a la izquierda, si de da la espalda a la Basílica del Pilar) indica el lugar exacto donde estos dos valientes religiosos fueron asesinados y arrojados al Ebro por los franceses tras la redición de Zaragoza, cuando las tropas galas habían prometido ya que se iba a respetar a los defensores.

3. Tumba de Palafox

El general está enterrado en la cripta de la Basílica del Pilar, junto a otros personajes ilustres relacionados de una u otra manera con Zaragoza. Murió en 1847 en Madrid, fue enterrado en Atocha y permaneció allí hasta 1958, cuando sus restos se trasladaron a Zaragoza, donde se le sepultó con todos los honores cerca de su adorada Virgen del Pilar. Este lugar se puede visitar el 1 y 2 de noviembre de cada año.

4. La Seo

El archivo parroquial de La Seo conserva, en su tomo IX, página 522, la partida de bautismo de Palafox. El militar tomó este sacramento en la catedral, que le correspondía por nacimiento, ya que la casa familiar estaba al lado, en lo que hoy es la calle de Palafox. Varios archivos del Palacio Episcopal, anexo al templo y en el que el general estableció su cuartel durante un tiempo, aún conservan perforaciones de balas e incluso alguna mancha de sange.

5. Casa de Palafox

Está situada en la calle Palafox, pintada de color rosa y ocupada por viviendas. Durante muchos años sufrió el abandono, hasta el punto de tener que tapiar sus accesos porque se había convertido en un lugar insalubre. Corrió por eso gran riesgo de desaparecer y, aunque no lo ha hecho, sólo una placa de homenaje a su morador recuerda el importante lugar que fue.

6. Monumento a Agustina de Aragón en la plaza del Portillo

La conocida proeza de Agustina Zaragoza tuvo lugar en la batería del Portillo, donde antiguamente estaba situada una de las puertas de la ciudad, por la que quisieron entrar los franceses. En este lugar se sitúa ahora una estatua en su memoria, cargada de importantes detalles. En esta obra de Mariano Benlliure Agustina está en el pedestal y en los laterales se encuentran troqueladas las caras de otras heroínas de la guerra. En la parte de atrás figura el león que identifica a Zaragoza luchando contra el águila imperial napoleónica.

7. Iglesia de Nuestra Señora del Portillo

Es sin duda uno de los lugares más históricos de Zaragoza. En el panteón de la parte derecha del altar (mirando de frente) se ubica (bajo llave, porque los intentos de robo han sido varios) la capilla de la Anunciación, dedicada por entero a los Sitios. Allí descansan, en el Panteón de las Heroínas, los restos de Casta Álvarez, Agustina de Aragón y Manuela Sancho, que fueron trasladados en el primer centenario. Queda una tumba libre, supuestamente destinada a María Agustín, pero su paradero se desconocía hasta hace unos años, cuando se descubrió que estaba en el fosal de la iglesia de San Pablo.

8. Casa de Mariano Cerezo

Está en una esquina de la confluencia entre las calles de Mariano Cerezo con la del padre Boggiero. Pasa desapercibida por lo estrecho del trazado, pero una placa la recuerda.

9. Iglesia de San Pablo

El padre Sas era sacerdote de la parroquia, lugar popular de la época. De hecho, multitud de héroes se encuentran enterrados en su fosa (María Agustín entre ellos), e incluso guarda la partida de nacimiento del Tío Jorge.

10. Iglesia de San Cayetano

También llamada de Santa Isabel, guarda entre sus paredes el llamdo Cristo de la Cama, héroe de los Sitios. Durante la guerra, estaba ubicado en el convento de San Francisco (actual Plaza de España). Cuando el edificio fue volado por los franceses, María Blázquez, con gran riesgo, rescató la imagen, aunque no pudo librarla de algunos balazos. Por estas "mutilaciones de guerra" recibió la medalla de oro del Centenario.

11. Plaza de San Felipe

Allí está ubicada la Iglesia de San Felipe, donde actualmente reposan los restos de la Condesa de Bureta. Una lápida lo indica, pero no está colocada en el lugar de enterramiento. En su día, tambien estuvo allí la Torre Nueva, desde donde se avisaba a los zaragozanos del lanzamiento de las bombas francesas (con un toque de campana si venían de Torrero; con dos si llegaban desde la Aljafería). También sirvió de soporte de la bandera blanca de la rendición.

12. Antigua Universidad

Estaba en lo que hoy en día es el instituto de bachillerato Pedro de Luna, situado junto a la plaza de la Magdalena. Fue el máximo punto de avanze francés en el segundo Sitio; sobrevivió a los combates, pero quedó maltrecha. En los muros exteriores del actual piso, casi escondida, hay una placa en cuyo troquel se admira cómo era la zona a principios del siglo XIX, cuando la presidía la Puerta de Valencia.

13. Casa de la Calle del Dr. Palomar

Es uno de los ejemplos que todavía se mantiene en pie tal y como estuvo en los días de la guerra. Situada en la esquina entre la calle del Dr. Palomar y la del Pozo (el pozo que daba nombre a esta vía se llenó de cadáveres en los enfrentamientos), parece milagroso que aún se sostenga sobre sus andamios, pues su fachada está repleta de agujeros de todo tamaño, producto de los balazos.

14. Convento de San Agustín

Rehabilitado, es hoy el actual Centro de Historias de Zaragoza. En la restauración se respetó por completo su fachada, lo que permite que se contemplen todos los impactos de artillería que recibió. Es muy conocida la defensa realizada desde su púlpito, sobre la que existe un famoso cuadro firmado por Álvarez Dumont.

15. Murallas de la Ronda

El punto comprendido entre el actual paseo de la Mina y las calles de Asalto y del Heroísmo (llamada así desde entonces, pues era denominada calle Quemada por la puerta homónima a la que conducía) fue considerado por Napoleón como el más débil de la defensa zaragozana. Aún quedan restos de la muralla que vio los asedios en el paseo de la Mina, en ocasiones integrada perfectamente con los edificios que se han ido construyendo en la zona, como es el caso de números 55-63, donde, en la parte interna, se pueden apreciar restos de lo que fueron los polvorines. Sobre la muralla estuvo la batería Palafox, donde cayó el coronel Antonio Sangenís; el lugar exacto está marcado por una placa, y otra alaba las virtudes del ejército que allí luchó.

16. Molino de aceite de Goicoechea

En el lugar en el que se ubicaba el molino se levanta hoy parte del parque Bruil y la calle Dr. Alvira Lasierra. Abastecía a los guerreros según el bando que lo ocupase en cada momento. Restos del molino decoran hoy, sin ninguna placa que los explique, varios rincones del parque Bruil.

17. Plaza de los Sitios

El lugar central lo ocupa el monumento a los Héroes de la Patria, de Agustín Querol, una elegía a los zaragozanos con motivo del primer centenario de la gesta. Para celebrar este aniversario se habilitó toda esta zona, denominada hasta entonces Huerta de Santa Engracia, y se construyeron en ella todos los pabellones de la Exposición Hispano Francesa de 1908. El entorno, ocupado por campos, quedó abocado al esplendor que mantiene hoy.

18. Santa Engracia

El Real Monasterio de los Jerónimos de Santa Engracia era un grandioso edificio situado detrás de la muralla zaragozana, al lado de la Puerta de Santa Engracia. Por esta situación tan estratégica sufrió numerosos ataques en los Sitios y quedó parcialmente destruido, hasta que en 1836 fue demolido. Lo único que perdura hoy en día es el pórtico de la actual iglesia.

19. Reducto del Pilar

Los cañones situados en la Glorieta Sasera (frente a El Corte Inglés) son un monumento a los defensores, ya que en este lugar estaba situado el Reducto del Pilar (un mecanismo de defensa formado por una piedra protegida por un foso, con ocho cañones y cuatrocientos hombres).

20. Puerta del Carmen

Es la única puerta de entrada que conserva Zaragoza de todas las que salpicaban su muralla en el siglo XVIII. Si se contempla por la parte de Hernán Cortés, se aprecian los impactos de la artillería francesa (fusil y cañón); si se hace por desde César Augusto, los restos son del fuego aragonés (sólo fusil). Durante la afrenta, cambió de dueños según los ataques. Fue construida por Agustín Sanz en 1792 y su estilo es neoclásico.

21. Estatua ecuestre del general Palafox

Es la única que el general tiene sobre un caballo en Zaragoza. Está en la plaza José María Forqué, al lado del cuartel de Pontoneros de Sangenís y del noviciado de las Hermanas de Santa Ana. Hay otra estatua pedestre de Palafox fundida en bronce en el edificio de la Capitanía General.

22. Convento de las Hermanas de Santa Ana

En el altar de la Iglesia del convento están enterrados los fundadores de la congregación, la madre Rafols y el padre Juan Bonal. Los dos son héroes de los Sitios porque contribuyeron notablemente al restablecimiento de los heridos y de los necesitados de misericordia. Las religiosas permiten la visita al Museo de los Recuerdos Humildes, una reproducción de la habitación de esta monja, pero con los muebles que ella utilizó. En la parte superior de esta habitación se ha habilitado una sala en la que un gran número de objetos pertenecientes a ambos religiosos muestran su relación con los Sitios. Destacan los útiles de enfermería con los que la madre Rafols curaba a los heridos o la limosnera con la que el padre Bonal fue pidiendo ayuda por toda España para los afectados por la guerra. También se conserva entre las paredes del museo el original el cuadro en el que la madre Rafols pide a los militares Lannes y Lefebvre que les dé las sobras de sus comidas para alimentar a los zaragozanos (pintando por Julio García Condoy en 1908 con motivo de la Exposición Hispano Francesa de ese año).

23. Hospital Provincial

El actual centro sanitario, situado al lado del convento de las Hermanas de Santa Ana, albergó a numerosas víctimas tras la guerra como Hospital de Nuestra Señora de Gracia. La madre Rafols y otras religiosas atendían a los enfermos con total entrega. Muchas de esas mártires están actualmente enterradas bajo la cripta de la iglesia del hospital. Los nichos centrales corresponden de manera simbólica a la madre Rafols y al padre Bonal, enterrados allí hasta su traslado a la iglesia del convento de las Hermanas de Santa Ana.

24. Antigua iglesia de San Ildefonso

Hoy es la iglesia de Santiago el Mayor. Pertenecía al convento de los Dominicos de San Ildefonso, en el que el general Lefebvre instaló su cuartel general. A su derecha se conserva el Arco de San Ildefonso, en cuya parte superior todavía se aprecian las huellas de la artillería francesa.

25. Plaza de España

Donde está la Diputación Provincial se erigía entonces el convento de San Francisco y el lugar que ocupa el Banco de España correspondía al Real Hospital de Nuestra Señora de Gracia (antes de ser trasladado a su lugar actual). La zona resultó muy perjudicada, sobre todo en el primer Sitio, de tal manera que en el segundo, y víctima de la explosión de una espectacular carga francesa, el hospital se derribó por completo. En 1908 se levantó en el centro de la plaza el monumento a los Mártires de la Religión y de la Patria.

26. Calle Don Jaime I

Entonces era la calle de San Gil, y a la altura del actual número 30 vivía uno de los héroes más olvidados, Antonio de Torres Gimeno. Fue el pimer comandante de la Zaragoza sublevada. El 4 de agosto sustituyó a Palafox al frente de las riendas de la ciudad, en un momento crítico porque los franceses eran dueños del Carmen y del Coso. En la fachada de su casa estaba colocada una placa en su homenaje que desapareció tras la remodelación del edificio.

27. Arboleda de Macanaz

Allí fueron enterrados, en un fosa común, miles de los fallecidos durante el segundo Sitio. El inico del Arrabal sigue recordando a 1808: allí estaban los conventos de Nuestra Señora de Jesús (en la plaza de Jesús), de Nuestra Señora de Altabás (lo que hoy ocupa el Hotel Ibis) y el de San Lázaro (actual zona de aparcamiento para autobuses). Desde ellos, los zaragozanos ejecutaron su feroz defensa.

28. Parque del Tío Jorge

Jorge Ibor también tiene una calle dedicada en el Arrabal, es una perpendicular a la calle Sobrarbe en la que se erigía su casa, actualmente derribada. La ciudad ha preferido honrarle con un gran parque que lleva su nombre, en el que se ubica su estatua.




EL CALLEJERO DE LOS SITIOS

1. Agustina de Aragón

(Entre Miguel Ara y plaza del Portillo) El Ayuntamiento de Zaragoza, al conocer su muerte, trasladó sus restos a la ciudad y le dedicó un tramo paralelo a Conde Aranda que va a parar a la plaza del Portillo y que antes recibía el nombre de Ancha del Barrio Curto.

2. Asalto

(Paseo de la Mina - Monreal) Fue una de las principales zonas por las que los franceses realizaron los asaltos definitivos. Era un área situada fuera de las murallas, pero que gozaba de gran protección gracias a su imponente tapia de mampostería.

3. Padre Boggiero

(César Augusto - María Agustín) Llamada anteriormente de la Castellana, en ella vivía este sacerdote que se encargó de la educación de los Palafox y luego se convirtió, además de en el principal consejero de José, en un valiente guerrero durante la contienda.

4. Condesa de Bureta

(Antón Trillo - Galo Ponte) Cercana a la plaza de San Felipe, este tramo se denominaba con anterioridad de Antón Trillo (nombre que se trasladó a su perpendicular). En esta calle se ubicaba el palacio en el que vivía casa (que luego fue el emblemático SEPU), y que puso a disposición de los heridos y enfermos en las batallas.

5. Matías Carrica

(Torre Nueva - Contamina) Antes llamada de la Luna, está dedicada a un artesano zaragozano que destacó en la defensa del convento de Agustinos, en la puerta del Portillo.

6. Casta Álvarez

(Avenida César Augusto - Aguadores) Con anterioridad llamada de la Hilarza, recuerda a una de las grandes heroínas de los Sitios a las que su calle no hace justicia por lo pequeña de la misma.

7. Mariano Cerezo

(Ramón Pignatelli - San Blas) Estrecha calleja en la que vivió el valiente campesino. Su casa está en la esquina de esta con la calle Boggiero. Una desapercibida placa lo recuerda.

8. Cuatro de Agosto

(Alfonso I - Cinegio) Este día de 1808 los defensores frenaron la entrada del general Verdier en la puerta Cinegia, por la plaza de España, que daba a esta calle entonces denominada del Peso.

9. Heroísmo

(Asalto - Coso) Hasta la guerra se llamó calle de Quemada, ya que a ella se accedía por la puerta homónima. Pero fue el lugar por el que, en las contiendas definitivas, avanzaron los franceses, provocando una de las sangrías más brutales en la que los defensores mostraron más arraigado que nunca su valor en el cuerpo a cuerpo. Por eso se cambió por su nombre actual.

10. José de la Hera

(Don Jaime I - Diego Dormer) Llamada previamente calle de la Sardina, su nombre actual es un homenaje a este carpintero zaragozano que destacó en la defensa de la puerta Cinegia.

11. Madre Rafols

(Ramón y Cajal - Pignatelli) Denominada anteriormente de la Misericordia, la madre Rafols, que con tanta entrega cuidó a los heridos y desamparados por la guerra, tiene en este lugar su calle porque ahí se encontraba su lugar de trabajo: el Hospital de Nuestra Señora de Gracia. Se edificó al lado el convento de la congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana.

12. Marqués de Lazán

(San Vicente de Paul - Estudios) Antiguamente denominada como Vicente Laforga, el hermano mayor de Palafox, Luis, tiene dedicada esta calle a cuatro paralelas de la de José.

13. Paseo de la Mina

(Paseo de la Constitución - Asalto) Una de las principales vías de Zaragoza lleva el nombre de la mina francesa que destruyó el convento de Santa Engracia como colofón del primer Sitio.

14. José Palafox

(Plaza de San Bruno - Universidad) Esta pequeña calle que da a la parte trasera de la Seo, y que en aquella época llevaba por nombre de la Aduana, recuerda al general que lideró las contiendas. El motivo es que ahí se encuentra la casa en la que vivían los marqueses de Lazán, padres de los Palafox. También existe el Pasaje de Palafox, situado entre el Paseo de la Independencia y la calle del Cinco de Marzo.

15. Felipe Perena

(César Augusto - Condesa de Bureta) Conocida antiguamente como Subida de la Albardería, la calle honra a este militar natural de Huesca que se puso a las órdenes de Palafox durante la contienda.

16. Telesforo Peromarta

(César Augusto - Plaza de San Lamberto) La Malempedrada era el nombre de esta pequeña calle que Peromarta se encargó de la defensa de "su" calle en los ataques del 4 de agosto.

17. Plaza del Portillo

(Conde Aranda - Paseo de María Agustín) Durante la época de la guerra se ubicó allí el santuario de la Virgen del Portillo, al lado de la puerta del mismo nombre. Ninguno de los dos sobrevivió a los Sitios. Posteriormente se levantó la actual iglesia del Portillo, donde está el panteón de las heroínas, en el que descansan Casta Álvarez, Manuela Sancho y Agustina de Aragón.

18. Policarpo Romea

(Coso - Heroísmo) El callejero de Zaragoza no olvida a este eclesiástico de ideología liberal progresista a quien Palafox nombró jefe de barrio con el fin de mantener el orden entre la población civil.

19. San Agustín (calle y plaza)

(Coso - Arcadas) El lugar que hoy ocupa el Centro de Historias fue el convento de San Agustín, que da nombre a la plaza y a la calle. Solo la fachada sigue en pie tras la contienda, donde se pueden ver los impactos de artillería.

20. Santiago Sas

(Alfonso - Estébanes) Pequeña plaza en el centro de Zaragoza que homenajea al elelsiástico asesinado vilmente junto al padre Boggiero por los franceses al terminar los asedios.

21. José Zamoray

(Ramón Pignatelli - Mariano Cerezo) Denominada antiguamente del Candil, se encuentra al lado de Madre Rafols y de Agustina de Aragón, fue creada en honor a un agricultor que protagonizó la reconquista de la Puerta del Carmen.

22. Paseo de la Independecia

(Plaza de Aragón - Plaza de España) Antes de la guerra fue la calle de Santa Engracia, que carecía de su anchura actual. Los franceses, en su empeño de crear una vía de comunicación con la ribera del Huerva, arrebataron sus derechos a los edificios ubicados en lo que es hoy el paseo: los conventos de los Franciscanos, los Jerónimos de Santa Engracia, las monjas de Jerusalén y las Capuchinas o los Mínimos de San Diego sufrieron las consecuencias. Cuando en 1815 Martín de Garay se encargó del proyecto, la vía estaba libre. Eso sí, el nombre honra el sufrimiento de Zaragpza y la victoria de España ante Napoleón.

23. Plaza de los Sitios

Uno de los lugares de más tránsito de Zaragoza lleva el nombre de la gesta entera. Su construcción tuvo lugar precisamente con motivo del primer centenario de las batallas, durante la Exposición Hispano-Francesa de 1908, símbolo del acercamiento entre ambos países cien años después.

24. Paseo de María Agustín

(Puerta del Carmen - Plaza de Europa) Pese a que sus proezas no son las más conocidas (aunque no por ello menos importantes), el nombre de la heroína ocupa una de las vías más largas y de mayor tránsito de la ciudad. Antes de recibir su nombre actual se llamaba Paseo de las Tapias.

25. María Lostal

(León XIII - Camino de las Torres) Antiguamente denominada Nueva del enganche de Miraflores, recuerda a una joven zaragozana que combatió en la puerta del Carmen durante el segundo Sitio.

26. Mariano Renovales

(Paseo de Colón - Puente Trece de Septiembre) Importante paseo en el centro de Zaragoza que alaba a un militar que luchó en el Regimiento de América antes de 1908. Luego volvió a España por los levantamientos contra Francia y se puso a las órdenes de Palafox.

27. Pedro María Ric

(San Ignacio de Loyola - Camino de las Torres) El que fuera marido de la condesa de Bureta tiene dedicada esta calle lejos de la de su esposa. Ambos participarón activamente en los dos Sitios y Ric formó parte de la Junta de Defensa.

28. Plaza de Miguel Salamero

(Cinco de Marzo - Azoque - César Augusto) Ocupa los terrenos de lo que antiguamente era la Huerta de Santa Fe. Se cambió el nombre para homanejear a Salamero, un rico comerciante de sedas que armó a sus obreros y los dirigió frente al avance francés en el convento de Santa Fe y la calle Azoque.

29. Felipe Sanclemente

(Paseo Independecia - Plaza de los Sitios) Denominada anteriormente de Bellestar, esta céntrica calle honra a un comerciante natural de Barbastro que quedó inválido tras la lucha del 4 de agosto en la puerta Cinegia.

30. Isidoro Antillón

(Ronda de la Hispanidad - Castillo de Peracense) Dirigió la Junta de Teruel y fue miembro de la Junta de Defensa de Zaragoza durante los Sitios.

31. Jorge Ibort

(Manuel Lacruz - Sobrarbe) Llamada antiguamente del Medio, es una pequeña calle del Arrabal que cuenta con una placa de homenaje en la fachada de la casa en la que residió.

32. Parque del Tío Jorge

(Valle de Broto - Avenida de los Pirineos - Valle de Oza - Calle Gracia Gazulla) Aunque la calle que lleva su nombre no sea tan grande como su valentía y arrojo en los Sitios, sí lo es el parque que lleva por título el apodo de este labrador del Arrabal. En el interior hay una estatua en su homenaje.

33. Juliana Larena

(Paseo de la Ribera - Calle de Jesús) De Ejea de los Caballeros, la heroína de esta calle se distinguió por prestar ayuda a los heridos del Reducto del Pilar.

34. Mariano Lucas Aced

(Calle Horno - sin salida) Callejón del Arrabal en el que vivió este labrador. Fue lugarteniente del tío Jorge a quien sustituyó tras su muerte al frente de la Compañía de Escopeteros. Falleció en la defensa del convento de San Lázaro.

35. Pedro Villacampa

(Sobrarbe - Plaza San Gregorio) Este calle llamada anteriormente del Tejar, es un homenaje a este brigadier oscense que dirigió la batería de defensa de la parroquia de Altabás y del convento de Santa Mónica.

36. Barón de Warsage

(Antonio Monpeón Motos - Santa Teresita) Pequeña calle del barrio Delicias paralela a la Avenida de Madrid que homenajea a este noble bilbilitano.

37. Lorenzo Calvo de Rozas

(Duquesa Villahermosa - Pedro Lucas Gallego) Corregidor de Zaragoza e intendente del Reino y ejército de Aragón, la calle que lleva su nombre es una de las más extensas de Ciudad Jardín.

38. Duquesa de Villahermosa

(Plaza de Roma - Vía Hispanidad) María Manuela Pignatelli de Aragón y Gonzaga, aparentemente una de las heroínas menos llamativas de las batallas nombra una de las avenidas mas grandes y extensas de la ciudad.

39. Fray José Casanova

(Avenida de Navarra - Santa Orosia) Es la calle que une los barrios de Delicias y La Almozara. La presencia de este clérigo en todos los frentes dando ánimos y repartiendo plegarias le hicieron ganar el respeto del pueblo.

40. Antonio Sangenís

(Avenida de Madrid - Domingo Ram) Su ubicación en el callejero zaragozano no indica la importancia de esta persona en las batallas de los Sitios. Este ingeniero dirigió el regimiento de Zapadores y murió en la defensa del convento de Santa Engracia.

41. Barón de la Linde

(Vía de San Fernando - Paseo de Colón) El zaragozano Luis Amat y Terán llegó a ser mariscal de campo de los Reales Ejércitos. En los Sitios dirigió el Segundo Batallón Ligero de Voluntarios de Aragón como coronel primer jefe.

42. Andrés Gurpide

(Concepción - José Luis Pomarón) Comerciante zaragozano que destacó durante ambos asedios al frente de la Compañía de Paisanos de la parroquia de San Pablo.

43. Martín Abanto

(Camino de Cabalós - Flores) Veterinario de Zaragoza que perteneció al frente del pelotón de paisanos, entre muchas de sus actuaciones cabe destacar la defensa de la parroquia de San Pablo ante el intento de los franceses por desvalijarla.

44. Pedro del Castillo

(Emilio Castelar - sin salida) Previamente llamada de Tricaz, esta calle fue renombrada en 1943 como homenaje al que fuera Teniente Coronel del Regimiento de Dragones del Rey y que falleció durante la cruenta batalla del 4 de agosto de 1808.

45. Barón de Purroy

(Antonio Leyva - Fray Luis de León) José María Dara y Sanz de Cortes era regidor perpetuo de Zaragoza. Fue superintendente de todos los hospitales de la ciudad durante los Sitios, y formó parte de la Junta de Capitulación.

46. Juan Gallart

(Lope de Vega - Alfredo Nobel) Catalán que regentaba una tienda de telas en el Coso. El cuatro de agosto, desde los balcones de su casa, los zaragozanos y él mismo defendieron la ciudad de los franceses.

47. Mosén José Martínez

(Tirso de Molina - Barón de Purroy) Durante el segundo asedio dirigió a los parroquianos de San Miguel en la defensa de los conventos de Santa Mónica y San Agustín.

48. Antonio Sánchez del Caso

(Guillermo Marconi - Madre Barat) Acaudalado propietario de Zaragoza que puso su fortuna a disposición de Palafox. Murió defendiendo la ciudad.

49. Padre Consolación

(Avenida Pablo Gargallo - Avenida de la Almozara) Llamada antiguamente de Fernández Estajé, esta calle rinde homenaje a este agustino recoleto que peleó junto a Cerezo y fue consejero de Palafox. Al finalizar las batallas, resultó preso y lo mataron a la altura de Luceni, donde lo tiraron al Canal Imperial.

50. Padre Landa

(Avenida de la Almozara - Calle Juan de Sariñena) Denominada con anterioridad Gállego Cabello, la calle es un homenaje a este clérigo que atendió a los heridos y miembro de un grupo de siete eclesiásticos a quienes Palafox encargó mantener el orden entre la población civil.

Cabe destacar que en último siglo han desaparecido algunos nombres del callejero como Félix Garcés, Mariano Tabuenca, Fernando Gómez de Butrón, Brigadier Gasca, Escultor Lasuén, Luis del Garro, Agustín Querol y Subirats, Valero Ripol y Urbano, o la calle de Los paisanos, ubicada en el Arrabal y que constaba en el callejero de 1944 del Ayuntamiento de Zaragoza. La mayoría de estos tramos sucumbieron ante la creación de calles más anchas en ciertas zonas de la ciudad y no se reubicaron ni se tuvieron en mente a la hora de dar nombre a nuevas vías.

Textos: Helga Martínez y Silvia Berdejo
Infografías e ilustraciones: Alberto Aragón y Luis Grañena
Documentación: Mapi Rodríguez y Elena de la Riva
Imágenes: Archivo del Ayuntamiento de Zaragoza y Biblioteca Nacional de España
Diseño y maquetación: Silvia Berdejo

© HERALDO DE ARAGON EDITORA, S.L.U. Teléfono 976 765 000 / - Pº. Independencia, 29, 50001 Zaragoza - CIF: B-99078099 - CIF: B99288763 - Inscrita en el Registro Mercantil de Zaragoza al Tomo 3796, Libro 0, Folio 177, Sección 8, Hoja Z-50564 Queda prohibida toda reproducción sin permiso escrito de la empresa a los efectos del artículo 32.1, párrafo segundo, de la Ley de Propiedad Intelectual. | Aviso legal y condiciones generales de Heraldo.es | Política de privacidad | Política de cookies

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